La prueba está en que gracias a la previsión y eficacia de estas administraciones, Barcelona no sufre la plaga de "topillos" que asola a gran parte del resto de España.
Volviendo a los topillos, creo es necesario sobre todo, que impere la cordura de unos y otros, que entendamos el problema tan serio que supone para los agricultores y que no nos ceguemos con falsos…