Estreno de la Semana: Scarlet de Pietro Marcello

Sinopsis

Juliette crece sola con su padre Raphaël en algún lugar del norte de Francia. Allí son marginados por el resto del pueblo pero, entre ellos, viven en cariñosa armonía. Él es un veterano de la Primera Guerra Mundial que ahora se dedica a trabajar la madera con enorme talento.

La niña, apasionada por el canto y la música, conoce un verano a una bruja que le promete que, algún día, verá en el cielo unas velas escarlatas la sacarán de su pueblo. Juliette nunca deja de creer en esta profecía.

Crítica

Tras combatir en la Primera Guerra Mundial, Raphaël regresa a su pueblo en algún lugar de Normandía. Se entera de que su esposa ha muerto tras un terrible incidente, pero le ha dejado una hija, la pequeña Juliette, cuya existencia desconocía.

La cuidará con ayuda de Madame Adeline, una inflexible viuda, al tiempo que él se dedica a crear adorables juguetes de madera.

Tras Martín Edén, que adaptaba una novela de Jack London, el realizador italiano Pietro Marcello está detrás de un film inspirado libremente en el libro infantil “El velero rojo”, del ruso Aleksandr Grin.

Pese al tono poético, que a veces se acerca al musical con las canciones que entona Scarlet –según se cuenta, la única que sigue cantando en el lugar en el que transcurre la acción– el film está rodado con un estilo realista, cercano al documental.

Resulta un poco arriesgada la estructura, pues hacia la mitad, cambia el protagonista, ya que el padre cede el protagonismo a su hija. Sin embargo, el relato funciona a la perfección.

Se habla con sensibilidad de temas como las relaciones paternofiliales, o la importancia de luchar para conseguir los sueños y mantener la independencia, pese a la presión de gran parte del entorno, que no tiene por qué ser acertada.

Al mismo tiempo, se reivindica la sencillez, a veces relegada al olvido por culpa de adelantos tecnológicos, y se recalca el valor de la pintura, la música y el arte en general.

La debutante Juliette Jouan se perfila como una firme promesa, como Juliette ya crecida, mientras que el grandullón Raphaël Thiéry conmueve en la piel de su progenitor.

También resulta impecable la labor de algunos secundarios, sobre todo Louis Garrel –un apuesto piloto–, Noémie Lvovsky –Madame Adeline– y Yolande Moreau –una bruja–. Quizás, el final no mantenga la magia del resto, pero se trata de un film notable.

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