Moncloa dividida: el viaje de Díaz a Palestina enfrenta a PSOE y Unidas Podemos

La vicepresidenta tendrá casi imposible realizar un viaje oficial a Palestina sin el respaldo de Exteriores, donde cunde un fuerte malestar ante su anuncio

Sumar empieza a mostrar signos de agotamiento por la dilatación en la aprobación de la ley de amnistía, envuelta ahora en una nueva guerra de nervios entre PSOE y Junts. Yolanda Díaz teme que la medida de gracia opaque todo el comienzo de la legislatura sin que el Gobierno pueda desarrollar sus medidas sociales, como ocurrió durante la pandemia. Especialmente, los buques insignia de su programa, como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Por ello, la vicepresidenta segunda ha dado un paso adelante en las últimas semanas alzando incluso la voz contra Pedro Sánchez, con el que ahora mantiene un pulso para que su partido no pierda comba durante el presente ciclo electoral.

Pese a que Sumar constaba la semana pasada que se ha retraído en las negociaciones para aprobar la medida de gracia -«Nosotros ya hemos dado la cara por ella cuando correspondía», argumentaba-, este jueves Díaz desveló que sigue hablando «con frecuencia» con el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont. La última vez, «esta misma semana», aseguró en una entrevista con Efe difundida por dirigentes de la formación.

La líder de Sumar, que se reunió con el político catalán en septiembre, cuando Alberto Núñez Feijóo medía aún su intento de ser investido presidente y los socialistas esperaban su turno, no quiso desvelar el contenido de esta última conversación ni de cómo están transcurriendo las negociaciones con Junts para poder aprobar la amnistía. Eso sí, volvió a insistir en el diálogo como herramienta para desencallar las divergencias que existen. «Cuanto más conflicto, más dialogo», zanjó Díaz.

Desde el grupo parlamentario de Sumar ya alertan de la necesidad de acelerar este proceso que está fagocitando al resto de iniciativas parlamentarias y cuando están a punto de encarar unas autonómicas gallegas críticas para la organización. «Es necesario resolver ya la amnistía, estamos atascados y no podemos desarrollar otras iniciativas», lamentan estas fuentes.

Agenda internacional propia

Paralelamente, la vicepresidenta se ha desprendido de su estrategia de no hacer «ruido» pidiendo, por un lado, una reunión con los socialistas para zanjar las diferencias de la coalición, especialmente las referidas a los anuncios que Sánchez ha realizado sobre la ampliación del Aeropuerto de Barajas o la reforma de la LeCrim, que la formación magenta no comparte. «No puede volver a ocurrir», insisten en Sumar.

Por otro, Díaz ha desplegado una nutrida agenda internacional paralela a la oficial y continúa preparando su viaje a Palestina. Una visita que ha generado fuerte malestar en el Ministerio de Asuntos Exteriores porque este ámbito compete al presidente del Gobierno, por el contexto de guerra que soporta Oriente Próximo y por las delicadas relaciones que mantiene España con Israel. La líder gallega avisó de ello hace 15 días a Sánchez, pero no dio más detalles, como explican fuentes diplomáticas, al departamento que dirige José Manuel Albares. Exteriores insiste en que no está «preparando ningún viaje».

No contar con ese respaldo oficial hace en la práctica casi imposible el viaje de Díaz por la logística que lleva aparejada cualquier desplazamiento de un miembro del Gobierno (seguridad, visados, permisos en Israel...), máxime en un trance bélico. La ministra de Defensa, Margarita Robles, fue clara este jueves: aunque evitó dar su opinión, insistió en que «la dirección de la diplomacia solo compete al presidente».

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