El PP quiere "obligar" al PSOE a votar la amnistía por llamamiento
Los 350 diputados siendo llamados uno a uno para ponerse de pie y decir en voz alta si quieren tomar en consideración la proposición de ley de amnistía: es la imagen que el Partido Popular quiere que se produzca el próximo martes, 12 de diciembre, en la primera votación que tendrá que superar la amnistía en el Congreso de los Diputados.
Los populares pedirán que sea pública por llamamiento, con el mismo sistema que se utiliza en los debates de investidura, según ha anunciado la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en una intervención en el Comité de Dirección del PP de Aragón.
El objetivo de los populares, según ha argumentado la dirigente, es que "todos y cada uno de los diputados" del PSOE, "que hasta 48 horas antes" de las elecciones "decían que no habría amnistía", "den la cara ante sus votantes porque son los primeros que van a faltar al valor de su palabra".
El Partido Popular (PP) quiere que todos los diputados del PSOE queden en evidencia en la votación de la toma en consideración de la Ley de Amnistía que se debatirá y votará el próximo martes en el Congreso de los Diputados. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha explicado que solicitarán a la Mesa que la votación de la amnistía sea por llamamiento uno a uno para que los 121 diputados del PSOE «den la cara». Algunos diputados socialistas sopesan romper la disciplina de voto y abstenerse.
Gamarra opina que los socialistas cometerán «fraude electoral» al permitir la tramitación en el Congreso de una Ley de Amnistía a la que se habían negado previamente. La secretaria general del PP ha recordado que los diputados del PSOE, hasta 48 horas antes de las elecciones, decían que no habría amnistía. «Serán los primeros que faltarán a su palabra, ellos serán cómplices de estas decisiones», ha manifestado.
Este jueves, en una entrevista en Espejo Público (Antena 3), el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la Ley de Amnistía a los implicados en el procès independentista en Cataluña y ha insistido en que aplicar esta medida de gracia significa «perdonar». De este modo ha vuelto a utilizar un término que generó una notable molestia en Junts, partido con el que se ha pactado la norma, que incluso le obligó a modificar sus palabras durante el debate de investidura.
Sánchez también ha afirmado que está a favor de la «unión de los pueblos de España» un término que le gusta más que «unidad de España», aunque en cualquier caso se sitúa frente a aquellos que quieren «romper». Según indicó, el acuerdo no habla de «reencuentro, perdón o medidas de gracia» sino de una Ley de Amnistía que acabe «con la represión judicial» y que ponga fin a un conflicto histórico «no resuelto». Algo que defienden en su totalidad los 121 diputados del PSOE a los que el PP pretende poner frente al espejo de sus propias mentiras en campaña electoral.
El presidente del Gobierno ha sostenido también que la Ley de Amnistía «hace una reivindicación de la Constitución Española» y de la democracia y plantea un horizonte de superación de una contienda política que ha monopolizado el debate público durante los últimos 15 años, ha indicado. Ese es su proyecto para España y para Catalunya, según ha defendido, mientras PP y Vox no tienen ninguna idea más allá de «la destrucción», según ha indicado.
Al día siguiente del 45 aniversario de la Carta Magna, Pedro Sánchez ha defendido que la Ley de Amnistía que rechaza el PP «encarna perfectamente los valores de la Constitución» porque en el momento de su aprobación se superaron distintos contenciosos, se ejerció «la labor del perdón, la generosidad y el fortalecimiento de la democracia».
También sostiene que la amnistía «está perfectamente incardinada en los valores europeos» según el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, la Comisión de Venecia, pues en varias democracias europeas se han aprobado hasta medio centenar de leyes de amnistía desde el final de la Segunda Guerra Mundial
