Que les veamos las caras
La policía autonómica de Cataluña ha colgado en una web los rostros de 68 individuos asociales, autores de actos vandálicos en las calles de Barcelona.
Son algunos de los personajes que protagonizaron incidente violentos durante la pasada huelga general, localizados gracias a cámaras callejeras, imágenes de los Mossos d’Esquadra, fotografías y también redes sociales.
Tan novedosa y a la vez sorprendente iniciativa merece el aplauso de los ciudadanos. Por supuesto, el mío.
Estos sujetos protagonizaron, el día de la huelga general, destrozos de mobiliario urbano, lanzamiento de piedras y contenedores contra escaparates de locales comerciales, el incendio de una cafetería… sin que faltaran agresiones y zarandeos a viandantes.
Así que, el hecho de que sus rostros salgan a conocimiento público me parece un acierto palmario.
No solamente porque, de esa forma, en bastantes casos y con la ayuda ciudadana, será posible identificarlos, localizarlos, y a continuación exigirles responsabilidades penales.
También va a ser muy útil con aquellos que, como lobos disfrazados, practiquen una doble vida, camuflados en una existencia aparentemente benéfica. Esos individuos se van a ver retratados públicamente y de esa forma quedará al descubierto su desconocida personalidad de vándalos ocultos.
Por si fuera poco, hay que anotar el efecto preventivo que puede tener la iniciativa de los Mossos d’Esquadra, el efecto disuasorio. La evidencia de que sus caras van a aparecer en todos los medios posiblemente disuadirá no pocos de esos gamberros urbanos.
Aunque no se trata del mismo caso, existe un precedente de esas consecuencias disuasorias. En el País Vasco, la ‘kale borroka’ prácticamente quedó erradicada cuando se modificó la legislación para que los padres pagaran con su dinero los destrozos callejeros de sus hijos.
