A Paz González, concejala del Ayuntamiento de Madrid: apenas hemos dejado el verano y ya tenemos las calles inundadas de Navidad
Falta más de mes y medio para la Navidad y la capital de España ya tiene sus calles adornadas de luminosa decoración navideña. Apenas ha desaparecido la manga corta y el espíritu navideño (mejor dicho, comercial y propagandístico) está presente hasta en la sopa. Nadie duda de la originalidad y la belleza de algunos elementos decorativos, pero en el Ayuntamiento harían bien en dejar respirar un poco de otoño a los ciudadanos antes de invitarles a consumir. Luego llegarán los ecologistas denunciando que los kilómetros de luces instaladas en las principales calles de Madrid emana un montón de contaminación. Por lo pronto, lo que aumenta exponencialmente es el consumo de electricidad. Un poco de moderación en este asunto no vendría nada mal, que luego la población se satura de tanta luz, tanta compra y tanto turrón. Por cierto, que quienes más disfrutan de tanta parafernalia son los infantes y aún están lejos de que les den las vacaciones. La guindilla iluminada para la concejal de medio ambiente de Madrid, que debe cuidar un poco más la parcela que dirige.
