10 Planes gratis para hacer en Valdepiélagos
10 Planes gratis para hacer en Valdepiélagos como La Fuente de la Tejera
- Rica historia antigua
- Casas de labranza
- Privilegios otorgados por Juan II y Alfonso XI
- Señorío e independencia
- Horca y picota
- Cerro de la Dehesa e Iglesia Parroquial
- Fiesta de San Isidro
- Fiesta de San Roque
- Plaza Mayor; Ayuntamiento y la Fuente de la Tejera
- La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción
La fundación de Valdepiélagos es difícil de determinar con precisión. Aunque no se han realizado estudios arqueológicos exhaustivos en la zona, los escasos datos arqueológicos sugieren la posible existencia de una pequeña población campesina musulmana en este lugar.
Rica historia antigua
Según el historiador Jaime Pereda Martín, autor del libro "Historia de Valdepiélagos", que servirá como referencia para esta breve reseña, se estima que su origen podría situarse en algún momento entre los años 1085 y 1335, periodo que abarca desde la conquista de Toledo por parte de Castilla hasta años posteriores.
Valdepiélagos fue mencionado por primera vez en un privilegio de Juan II fechado el 22 de julio de 1420, que confirma otro documento anterior de 15 de marzo de 1335. Es probable que su fundación se remonte al período de repoblación por parte de los reyes cristianos después de la Reconquista.
Casas de labranza
Talamanca recibió un fuero y un extenso territorio que dependía de ella para su mantenimiento. En este área, gradualmente surgieron casas de labranza que se convirtieron en pequeñas granjas y luego en aldeas. Una de ellas pudo ser Valdepiélagos, como lo sugieren las Relaciones Topográficas ordenadas por Felipe II alrededor de 1590, donde se menciona a Valdepiélagos como una de las tres aldeas de Talamanca, junto con Zarzuela y Alalpardo.
Privilegios otorgados por Juan II y Alfonso XI
El Archivo Histórico Nacional guarda un privilegio otorgado por Juan II el 22 de julio de 1420, que vincula a Valdepiélagos con los Laso de la Vega. Este privilegio confirma otro concedido por Alfonso XI en marzo de 1335 a Gonzalo Ruiz de la Vega, en el cual se le otorgaba el dominio sobre Valdepiélagos y sus recursos. El documento de confirmación fue solicitado por Doña Leonor de la Vega y se ordenó su cumplimiento por parte de las autoridades de la Corte.
En el año 1335, Valdepiélagos era un señorío eclesiástico bajo la jurisdicción del Arzobispo de Toledo y estaba adscrito a la Comunidad y Tierra de Talamanca. En 1574, Felipe II solicitó una bula al Papa Gregorio XIII para desvincular algunos territorios de los señoríos eclesiásticos, incluyendo los de Talamanca y sus tierras que pertenecían al arzobispado, con el fin de obtener fondos.
Señorío e independencia
En 1575, el señorío de Talamanca se vendió al Marqués de Auñón, convirtiéndose también en el Señor de Valdepiélagos por un breve período. Sin embargo, en 1585, el señorío se vendió nuevamente a García de Alvarado. Durante casi un siglo, esta familia fue la propietaria del señorío hasta que en 1669 pasó a manos de los Duques de Béjar, quienes lo mantuvieron hasta la abolición definitiva de los señoríos a principios del siglo XIX.
Con el paso de los siglos, Valdepiélagos dependía tanto del señor jurisdiccional como del consejo de la Villa de Talamanca. Sin embargo, a medida que el poder de Talamanca disminuía, las aldeas que le pertenecían buscaban escapar de su jurisdicción y obtener el estatus de Villa. Valdepiélagos esperó mucho tiempo para tener esa oportunidad y liberarse de los costosos gravámenes impuestos por Talamanca. Finalmente, el 3 de mayo de 1801, el rey Carlos IV le concedió el deseado título de Villa, otorgándole jurisdicción civil y criminal y eximiéndola de la jurisdicción de Talamanca. A partir de ese momento, Valdepiélagos se convirtió en una Villa independiente y autónoma.
Durante el proceso de emancipación de Talamanca, la Duquesa de Béjar brindó apoyo a Valdepiélagos al tener la autoridad para designar a los alcaldes. El término municipal se definió el 8 de mayo de 1801, y el 13 de mayo del mismo año se le otorgó la condición de Villa. Se realizaron censos el 17 de mayo para distribuir las contribuciones.
Después de algunos años, el municipio se incorporó al territorio nacional tras la abolición de todos los señoríos por las Cortes de Cádiz. Desde entonces, pasó a formar parte de la provincia de Guadalajara hasta que, en 1833, fue incluido en la provincia de Madrid debido a la reestructuración provincial dirigida por Javier de Burgos.
Horca y picota
La nueva Villa de Valdepiélagos mostró su autonomía mediante símbolos visibles. Se erigió una horca para las ejecuciones de plebeyos, una picota para exhibir las cabezas de los ajusticiados y un cuchillo que simbolizaba su derecho a gobernar y hacer cumplir las leyes.
Cerro de la Dehesa e Iglesia Parroquial
Estos elementos se ubicaron en el Cerro de la Dehesa, frente a la Iglesia Parroquial, en un lugar estratégico para ser visibles por todos. La presencia de la picota con las cabezas de los ajusticiados servía como advertencia y ejemplo tanto para los habitantes de la Villa como para los forasteros.
Fiesta de San Isidro
El municipio celebra varias festividades destacadas. El 15 de mayo se celebra la Fiesta de San Isidro, el patrón local. Durante estos días se llevan a cabo procesiones, concursos, competencias de tiro al plato, actuaciones musicales, fuegos artificiales y novilladas.
Fiesta de San Roque
El 16 de agosto se celebra San Roque, con una procesión, baile popular y refrescante limonada. Además, durante las Navidades, se realiza una representación del Belén Viviente.
Plaza Mayor; Ayuntamiento y la Fuente de la Tejera
Es recomendable explorar la Plaza Mayor y sus alrededores, así como el Ayuntamiento y la Fuente de la Tejera. Sin embargo, el edificio más distintivo que no se debe pasar por alto es la Iglesia de la Asunción.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción destaca como uno de los monumentos más emblemáticos de la Villa de Valdepiélagos. Su estilo arquitectónico barroco se caracteriza por una espadaña de ladrillo que culmina en una punta redondeada, con tres aberturas para las campanas.
La entrada al interior de la iglesia se realiza a través de una puerta de medio punto. El templo consta de una única nave con un muro plano en su extremo, dividida en dos por un imponente arco toral de medio punto.
El Altar Mayor está compuesto por tres secciones decoradas con una paleta de colores ocres, azules y dorados, y el cuerpo central cuenta con cuatro columnas de orden corintio que sostienen una cornisa adornada con detalles ornamentales.