Aplica estos trucos para evitar la irritación después del afeitado

Los mejores para el cuidado de tu piel

Afeitado.
Afeitado.

¿Alguna vez has notado el clásico escozor en la piel de la cara instantes después de haberte afeitado? Las pieles sensibles se han convertido en uno de los grandes desafíos a superar por parte de todos los hombres que desean llevar a cabo su afeitado diario minimizando las posibilidades de que existan irritaciones o dolores.

Muchas personas experimentan sensibilidad en la piel tras el afeitado. Lejos de lo que se suele pensar, esto no tiene por qué ocurrir únicamente por el tipo de piel, sino que puede estar debiéndose a una rutina de afeitado inadecuada.

La piel del rostro es una de las más sensibles, de modo que resulta necesario anteponerse a la irritación por medio de acciones preventivas.

Es mejor prevenir que curar

Lo primero a tener en cuenta es que la aparición de granos y vellos enquistados tras el afeitado puede deberse mayormente a la rutina de afeitado y no tanto a las características de la piel.

El acto de afeitar no deja de suponer estar deslizando una superficie cortante sobre el rostro, lo que puede ocasionar pequeñas heridas en la piel susceptibles de sufrir inflamaciones.

Por este motivo, merece más la pena apostar por un afeitado limpio que por uno apurado. Esto quiere decir que lo importante es el aspecto y no tanto el tacto. El hecho de estar pasando la afeitadora de forma constante para eliminar el pelo más corto solo va a contribuir a la aparición de un mayor número de vellos enquistados.

Por supuesto, esto no elimina el hecho de que tengas la piel sensible y para esto las tres ideas fundamentales son que:

  • Idealmente se deberían dejar uno o dos días entre afeitados para que la piel descanse. Con esto se reduce la inflamación, la aparición de acné y se ahorra en cremas. Además, lejos de lo que habitualmente se suele pensar, el vello no crece tan rápido de un día para otro, de modo que no es necesario que te afeites a diario.
     
  • El día de afeitado debería ser en días pocos calurosos y en entornos que no tengan excesiva humedad (como el cuarto de baño tras una ducha caliente) para evitar la aparición de sarpullido en la cara. Al respecto de esto una buena idea es afeitarse por la noche, ya que las temperaturas suelen ser más bajas y da tiempo para que la piel se recupere de cara al día siguiente.
     
  • Merece la pena revisar con relativa frecuencia el estado de la afeitadora, puesto que en muchas ocasiones el filo poco cortante es responsable de microrroturas en la piel, pellizcos y afeitados que requieren un repaso. Respecto a las afeitadoras, tienes muchas opciones para pieles sensibles y normales que se adaptan a las necesidades de tu piel y a tu rutina de afeitado.

Considerando todo esto, queda claro que seguir una rutina adecuada de afeitado resulta determinante, tanto en lo referente al aspecto, como en lo concerniente a la salud de la piel.
 

La rutina de afeitado que tu piel necesita

Según afirman barberos y estilistas, el secreto para una adecuada rutina de afeitado es emplear bien el tiempo y utilizar productos de calidad, lo que no quiere decir caros.

Uno de los principales errores que pueden presentarse en tu rutina de afeitado es ir con prisas, de modo que recurras al afeitado en seco. Si de por sí el hecho de no usar crema de afeitado supone un primer error, ya que ésta suaviza e hidrata la piel, la cosa empeora si se aplica una loción tras el afeitado.

Por lo tanto, es interesante que busques tiempo suficiente para poder preparar tu piel antes de realizar la rutina de afeitado y, además, apliques una loción hidratante una vez que hayas terminado.

Independientemente de tu tipo de piel, esto te evita la aparición de irritaciones en la piel, así como problemas derivados de microheridas mal curadas, puesto que las lociones ejercen una acción desinfectante.

Adicionalmente, no debes olvidar la cuestión de la maquinilla. En el mercado existe una extensa variedad de maquinillas que se adaptan a tus necesidades. De base, lo que debes buscar es que tu maquinilla sea a prueba de agua, tenga una buena interacción entre los cuchillos metálicos y disponga de un buen motor.

Partiendo de ahí, puedes decantarte por cabezales flexibles que se adapten a las curvas de la cara, los milímetros de apurado del rasurado, las direcciones de las cuchillas y demás factores que caracterizan una buena cuchilla.

A este respecto, los barberos insisten en que lo que se debe buscar es una afeitadora, no una multiusos, en cuanto a que cuantos más complementos lleve (expulsión de vapor, aplicador de espuma/ after shave, etc.) más posibilidades tendrá de presentar fallas que reduzcan su vida útil.

Finalmente, conviene añadir a esta rutina los puntos relativos a dejar descansar la piel y reponer los cabezales de las maquinillas cuando estas dejen de lograr un buen apurado.

Con todo esto, es posible mantener a raya la piel sensible y evitar la irritación post-afeitado en el caso de las pieles normales.

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