La mitad de las lesiones en las Fuerzas Armadas se producen haciendo deporte

A día de hoy, y desde hace años, las lesiones musculoesqueléticas son un gran problema en la mayoría de los ejércitos debido a la disminución de la eficiencia de los mismos, según advierten varios estudios de las Fuerzas Armadas (FFAA) de otros países.

La pérdida de personal por estas lesiones no sólo afecta a la operatividad de la unidad militar, sino que también repercute en los gastos médicos y en la pérdida de días laborables, por lo que las investigaciones evidencian que la prevención de este tipo de lesiones es un objetivo prioritario.

La gran parte de estas lesiones musculoesqueléticas se producen mientras el personal militar realiza actividades deportivas tales como carrera, gimnasia, deportes de equipo, pruebas físicas…

Un estudio realizado por el comandante de Infantería, Juan Ramón Godoy López, de la Escuela Central de Educación Física, situada en la Academia de Infantería (Toledo), ha analizado la evolución de las lesiones deportivas en las Fuerzas Armadas españolas entre 2009 y 2019.

Dicha investigación, publicada en la Revista de Sanidad de las Fuerzas Armadas de España, ha concluido con que “las lesiones debidas a la realización de actividades deportivas suponen aproximadamente un 50% de los accidentes sufridos por los militares”.

Han aumentado a partir de 2012

El estudio ha contado con el número total de miembros de las Fuerzas Armadas en cada uno de los diez años analizados. Este número en 2009 era de 132.000 efectivos, pero en 2019 se redujo a 117.000, según los datos del Ministerio de Defensa.

Además, ha revisado la Estadística de accidentes y agresiones en las FFAA publicada por el Ministerio de Defensa de dónde ha extraído los accidentes incluidos en la categoría de “prácticas deportivas”.

Este grupo incluye la instrucción deportiva de carácter militar, es decir, la programada en los planes de los diferentes ejércitos, las pruebas oficiales de valoración de la condición física y toda aquella actividad que sea obligatoria. Además comprende aquellas actividades deportivas que se realizan de forma particular o voluntaria.

Como el número de efectivos de las FFAA ha disminuido con el paso de los años, también lo ha hecho el número de accidentes registrados, 3.300 en 2009 y 1.870 en 2019, y por consiguiente el número de lesiones deportivas, 1.510 en 2009 y 1.027 en 2019.

Sin embargo, teniendo en cuenta el porcentaje de lesiones deportivas respecto a los accidentes registrados, las cifras muestran que dichas lesiones se han incrementado poco a poco desde el año 2012.

Tropa y marinería son el colectivo más afectado

En cuanto a la categoría profesional más afectada por este tipo de lesiones es tropa y marinería, aunque cabe destacar que este porcentaje ha disminuido de un 85,7% en 2009 a un 81,4% en 2019, es decir, un 4,3%. Sin embargo, en los alumnos, este porcentaje ha aumentado un 3,8%, sobre todo este aumento se comenzó a evidenciar a partir del año 2017.

Mientras que por otro lado, los militares de carrera han mantenido unos porcentajes entre 10% y 13% durante todo el periodo analizado.

Según el tipo de cuerpo militar, los efectivos del Ejército de Tierra son los que más lesiones deportivas registran, en torno a un 85,6% de media durante el periodo estudiado. Mientras que la Armada comenzó a reducir su número de lesionados en 2015, pasó de un 3,1% en 2014 a un 1,5% al año siguiente, hasta llegar a 2019 donde no se registró ni un sólo caso.

Lesiones leves en España y en zonas militares

El Ministerio de Defensa diferencia el pronóstico final de los accidentes en siete categorías: “leve”, curado “sin secuelas” -al no existir un seguimiento del lesionado posteriormente al suceso-, “menos grave”, “grave”, curado “con secuelas”, “reservado” y “fallecido”.

Mientras que en 2009 predominaban el tipo de lesiones “leves”, en 2019 lo hacen los curados “sin secuelas”. Ambas categorías suponen en torno al 90% de los casos.

En el otro extremo, el número de lesionados “graves” o curados “con secuelas” tan sólo representan un 5% a lo largo de todo el periodo analizado y el número de “fallecidos” es puntual, en torno al 0,1% de media.

Los traumatismos son una de las causas más comunes, en torno a un 65% de las lesiones deportivas del periodo fueron por esta causa. Y la segunda causa más común es por fallo funcional, en torno a un 30% en los diez años. De hecho, el porcentaje de esta segunda causa aumentó en los dos últimos años analizados, 2018 y 2019.

En cuanto al escenario, es decir, los lugares más comunes donde tienen lugar este tipo de lesiones son en España y en las zonas militares, en torno a un 99,2% y un 84,4% respectivamente en todo el periodo. Mientras que en el exterior y en zonas no militares tan sólo se han registrado un 0,8% y un 15,6% -de media- respectivamente en todo el tiempo analizado.

La carrera, la gimnasia y pruebas físicas son las más lesivas

La actividad deportiva y la instrucción son las actividades que más porcentaje de lesiones registran durante todo el periodo analizado, una media de 66,8% y 30% respectivamente. Ambas representan en torno al 95% anualmente.

Sin embargo, a partir del 2014 la instrucción comenzó a aumentar a la vez que la práctica deportiva disminuyó.

El estudio atribuye este aumento al “grado de exigencia en los periodos iniciales o básicos de formación” junto con “la deficiente condición física inicial de los alumnos/aspirantes”.

En cuanto a la tarea, según determina el Ministerio de Sanidad, la carrera, que representa en estos diez años una media del 42,9% de las lesiones deportivas, y la gimnasia, con un 17,5%, son las tareas más lesivas. Ambas suponen en torno al 60% en todo el periodo.

En cuanto al Test General de la Condición Física, a pesar de no representar uno de los porcentajes más altos de media en los diez años analizados, es la tarea que más ha aumentado el número de lesiones.

Durante los tres primeros años registrados, 2009-2011, el porcentaje de lesiones era igual a 0. Sin embargo, en el 2012 este porcentaje aumentó a un 5,8% y el último año analizado en el estudio registró un 7,3%.

Ante estas cifras, el estudio pone de manifiesto que “las tres -tareas- que causan más del 65% de lesionados son, por este orden: la carrera, la gimnasia y las pruebas de valoración de la condición física”.

En cuanto a que la carrera -con o sin carga- sea “uno de los factores lesivos más importantes en la población militar está suficientemente contrastado”. De hecho, es “uno de los principales motivos de riesgo de lesión por sobreentrenamiento, recomendándose la disminución de volumen de entrenamiento”.

De la gimnasia -levantamiento de pesas, ejercicios calisténicos y con aparatos- aún no se puede sacar una conclusión clara, pero ciertos estudios indican que “incidir en la técnica de ejecución de los ejercicios de levantamiento de pesas” sería necesario para reducir este porcentaje.

El tercer gran problema son las pruebas de valoración física. Un circuito de agilidad/coordinación, número máximo de flexiones de tronco y de extensiones de brazos, por separado, en dos minutos y carrera de 6 km son las pruebas que evalúan a los militares.

Además, en el caso del Ejército de Tierra también “se evalúa la preparación para el combate mediante la realización de una marcha de 10 km con 10 kg de peso a realizar en 90 minutos”, denominada como prueba de Cohesión de Unidad.

El estudio incide en que “gran parte de las lesiones ocurridas pueda deberse al escaso e ineficaz calentamiento realizado por los ejecutante, de hecho, la mayoría se podrían evitar con tareas neuromusculares previas”.

Además añade que “la prevalencia de lesiones por sobreuso en el tren inferior asociadas con la fatiga muscular y el peso del equipo  explicarían el dato estadístico reflejado”.

Crear en las unidades militares núcleos multidisciplinares potenciando la figura de los entrenadores físicos militares es una de las estrategias por las que más abogan los expertos para tratar de reducir dicho número de lesiones. 

Además de “revisar los modelos de planificación del entrenamiento realizados y contar con un mayor número de especialistas en Educación Física”.

A pesar de los resultados obtenidos, a la hora de realizar el estudio se ha observado una falta de información registrada en cuanto a la edad, el sexo, el empleo militar, la unidad…de los lesionados. Estos datos “hubieran permitido una mejor aproximación del problema”.