La unidad que investigó el espionaje a militares españoles en Letonia está formando a las tropas en ciberdefensa

El Regimiento de Guerra Electrónica nº 31 se desplegó en el Báltico para investigar si Rusia estaba detrás de los extraños movimientos detectados. Ahora imparte cursos a quienes se van de misión

Un Pizarro en Letonia.
Un Pizarro en Letonia.

Una llamada telefónica de madrugada. En la pantalla del teléfono aparece un número con prefijo de Letonia. Lo conocen porque un familiar, militar profesional,  se encuentra desplegado allí en el marco de la misión de la OTAN para proteger al país báltico de cualquier injerencia externa.

Al descolgar, no se oye nada. Cuelgan. Preocupación, desvelo, preguntas, nervios y llamadas al número de contacto que les han dado en los cuarteles de las unidades que se hace cargo de la misión. Un número sólo para casos de emergencia.

Esta fue la situación que se encontraron varias familias de militares españoles hace unos meses en Letonia. Casos así se acumulaban y obligaron al Estado Mayor y a Defensa a abrir una investigación, tal y como desveló ECD.

Se detectaron también otros movimientos extraños. Por ejemplo, facturas de hasta 700 euros en los móviles que los militares se llevaron a la misión por supuestas llamadas realizadas desde territorio ruso. Llamadas que nunca pudieron hacer pues no traspasaron en ningún momento la frontera rusa ni dejaron de estar conectados a la red GSM de Letonia.

Todos estos incidentes no solo afectaban a las tropas españolas. También se reportaron casos similares entre polacos, italianos, eslovenos y eslovacos, con quien comparten base en Adazi, a las afueras de Riga, a unos 200 kilómetros de la frontera rusa.

El Mando Conjunto de Ciberdefensa se puso a analizar el caso y a recabar pruebas. El Mando de Operaciones también se movilizó, enviando a Adazi un equipo especializado en contramedidas del Regimiento de Guerra Electrónica nº 31 (REW 31).

 Su objetivo era descubrir si los soldados españoles estaban siendo objetivo de algún tipo de operación tecnológica ‘enemiga’. No era la primera vez que la OTAN se encontraba ante algo así en el Báltico.

Tras meses de extrañas incidencias, las irregularidades cesaron bruscamente. Las investigaciones, al menos hasta donde ha podido saber ECD, no llegaron a ninguna conclusión concreta ni pudieron determinar el origen de los incidentes. Sin embargo, Defensa se ha propuesto concienciar a los militares que vayan de misión para que este tipo de situaciones no vuelvan a ocurrir.

Así, en el plan de entrenamiento al que se someten antes de una misión, el Ejército ha incluido lecciones de ciberseguridad con el objetivo de minimizar los riesgos y explicar a los militares cómo hacer un uso responsable de sus dispositivos y comunicaciones cuando se encuentren en una misión.

 

Quienes imparten este tipo de lecciones son integrantes del Regimiento de Guerra Electrónica 31, el mismo que Defensa envió a Letonia para averiguar quién estaba ‘jugando’ con los smartphones de los militares españoles.

Se les ofrece consejos sobre el uso responsable de las redes sociales, lo inapropiado que puede ser en ocasiones subir una fotografía de su trabajo, o el uso de redes públicas de wifi a través de las que pueden sufrir ciberataques. También se les dan consejos para que trasmitan a sus familiares.

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