Bankia tendrá que vender antes de final de año sus participaciones en Iberdrola, Iberia, NH, Indra y SOS. Es una de las condiciones del Gobierno para inyectar los 4.500 millones

Habrá que desmontar Bankia a marchas forzadas. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri tendrá que cumplir una serie de condiciones a cambio de la inyección de 4.500 millones. Las exigencias del Gobierno pasan, esencialmente, por la venta inmediata de sus participaciones industriales dentro de este año. Pero hay más requisitos.

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes financieras, el mandato del Gobierno es claro, y solo permitirá a Bankia mantener su 14,9% en Mapfre.

El resto de sus participadas vinculadas al sector industrial deberán ser vendidas en el mercado este año, después de que la inyección urgente de 4.500 millones a través del FROB haya llevado al Ejecutivo a obligar a la entidad a acelerar urgentemente el proceso de desinversión.

Por lo tanto, Bankia tendrá que desprenderse en los próximos meses de su participación en Iberdrola (5,4%), IAG (la fusión de Iberia y British Airways), donde posee un 12,1%, NH Hoteles (15%), SOS (18%) e Indra (20%).

La entidad ya había empezado hace unos meses a realizar algunas enajenaciones fuera del país, que consideraba no estratégicas. Pero ahora Bankia se ha visto abocada a seguir por ese mismo camino en España, después de que el Gobierno le haya exigido un plan estricto e inmediato de desinversiones a cambio de la inyección de dinero público.

Controlar la fuga de depósitos

Según las fuentes consultadas, otra de las condiciones que deberá cumplir Bankia a corto plazo, a cambio de los 4.500 millones del FROB, es frenar, en colaboración con el Banco de España, la alarmante fuga de depósitos de clientes.

Y es que Bruselas está siguiendo especialmente de cerca este asunto -antes de dar entrada a parte de los 100.000 millones del rescate bancario para recapitalizar la entidad- por lo que el Gobierno quiere Bankia tenga este problema controlado cuanto antes.

Bankia perdió 4.448 millones de euros en el primer semestre, con una multimillonaria fuga de depósitos, cercana a los 7.000 millones. Este hecho hizo saltar todas las alarmas y fue una de las causas que desencadenó el auxilio urgente del Gobierno a la entidad.

Drástica reducción de oficinas y empleados

 

La inyección de dinero público a la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri también va a tener un duro impacto en la plantilla, ya que tendrá que acometer un nuevo duro ajuste de personal y cerrar un importante número de oficinas para recibir los 4.500 millones.

Y en este caso no solo está Bankia. Las restantes entidades intervenidas por el Banco de España, como Novagalicia y Catalunya Caixa, también deberán llevar a cabo despidos y reducir considerablemente su red de sucursales en los próximos meses para optar a las ayudas de la Unión Europea.

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