Las cajas están irritadas con el Gobierno pero sabían que venía otra vuelta de tuerca. El Banco de España no quiere nacionalizar: desea que ninguna suspenda los stress-test

Las cajas de ahorro han sufrido una acometida, y no será la última este año, según medios del sector financiero. El motivo es que el Gobierno está acogotado por Bruselas y debe seguir haciendo gestos contundentes sobre la reforma del sector financiero, de cara a los mercados.

Esos medios, consultados por El Confidencial Digital, apostillan: “El Gobierno tiene que hacer gestos contundentes porque su credibilidad está muy mermada”.

En cada visita a Bruselas, la vicepresidenta escucha un recordatorio de la Comisión, incluyendo al comisario Almunia,  para que acelere las reformas. Ahora han sido las cajas, pero pasado mañana serán las pensiones, y así hasta que Bruselas y, sobre todo, la canciller Merkel, se den por satisfechos.

“Una cosa es acelerar, otra dar empujones”

Las cajas temían este nuevo calendario de hierro que les han impuesto el Gobierno y el Banco de España. Tenían su propio calendario, más pausado, y acaban de recibir un empujón sin contemplaciones.

Fuentes de la CECA señalan que la presión de Banco de España “es fortísima y permanente desde hace un año y medio”. Las cajas recuerdan que en seis meses han hecho una reforma que necesita años: se ha pasado de 40 cajas a 17,  “pero una cosa es acelerar y otra una carrera a empujones”.

“No se puede despedir a 18.000 o 20.000 empleados en tres meses”, explicaron, por ejemplo, los cajeros

Tampoco entiende la CECA que todas las cajas se vayan a convertir en bancos a toque de corneta, como se ha dicho y escrito. “La ley de cajas de julio establece que las entidades pueden elegir ser fundaciones o convertir su negocio financiero en un banco; cada entidad hará lo que le parezca”.

El Banco de España no quiere nacionalizar

El Banco de España no parece ir en la dirección de nacionalizar. Da por supuesto el ajuste estructural de oficinas y plantillas por la vía rápida, pero su objetivo es que  los balances estén limpios de polvo y paja (libres de ‘ladrillos podridos’) a finales de 2011 y con las cajas recapitalizadas, cumpliendo las exigencias internacionales de solvencia de Basilea III.

 

El regulador ya endureció las provisiones por activos dudosos a las entidades (bancos y cajas) en el último trimestre de 2010, y seguirá apretando las clavijas durante este año, sin contemplaciones.

El deseo del Banco de España es que ninguna entidad financiera (banco o caja) suspenda en los stress-test que aplicará en los próximos meses. La última vez suspendieron cinco cajas, y el supervisor no está dispuesto a que se repita.

Salgado, “poli malo”

La ministra Salgado, de acuerdo con el gobernador, Fernández Ordóñez, ha hecho de ‘poli malo’, con el ultimátum lanzado a las cajas, exigiendo a las entidades financieras (a todas) una sólida recapitalización antes del próximo mes de septiembre, o, de lo contrario, el FROB (o sea el Estado) entrará en el capital  y en los órganos de gobierno de las entidades insolventes.

El Banco de España ha hecho saber al sector financiero que se trataría de una nacionalización provisional, durante el menor tiempo posible. Serán intervenidas las entidades que no presenten un ‘core capital’ (capital de máxima calidad) superior al 8%. El regulador estará en la entidad hasta que se sanee y salga a la venta, y ni un día más.

La fecha del mes de septiembre fijado en el ultimátum no es inocente, sino que ha sido calculado: se trata del tiempo mínimo necesario para que ajusten su capacidad instalada y salgan a los mercados a recapitalizarse.

El calendario es muy corto y exigente, pero el regulador sabe que las cajas tienden a agotar plazos en cuanto se les da margen. “La prueba, dicen fuentes del banco a las que ha tenido acceso ECD, es que el ultimátum de Navidades como plazo para terminar las fusiones funcionó. Si se les hubiera dado más plazo, lo habrían agotado”.

Un año malo pero no desastroso

Las cajas han hecho un año 2010 malo, pero no desastroso. Y algunas han logrado resultados iguales que la banca mediana. En todo caso, según los expertos, es muy difícil de analizar los resultados de las cajas, ya que las fusiones integrales y los SIP distorsionan las comparaciones, y los balances ‘pro forma’, es decir,  un juego contable, como si las entidades fusionadas fueran una sola entidad, son poco verosímiles.

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, ha advertido en las últimas semanas que analistas y mercados “deben ser cuidadosos al analizar los balances de las cajas”.  

El aviso de Rato iría dirigido a evitar juicios imprudentes sobre los balances ‘pro forma’, y sobre el nivel de provisiones y la valoración de activos inmobiliarios dañados, verdadero talón de Aquiles de los balances de las cajas…y de los bancos.

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