Zapatero no quiere quedar en ridículo en Europa. Quiere llevar a Bruselas la reforma de la negociación colectiva: está llamando a los interlocutores para forzar el acuerdo
Las conversaciones entre empresarios y sindicatos están encalladas. Cuando cumple el plazo dado por el Gobierno, y en medio de la presión que ejerce el Pacto del Euro, los interlocutores de la mesa para la reforma de la negociación colectiva mantienen posiciones lejanas al acuerdo. Es casi seguro que Zapatero no podrá viajar el próximo jueves a Bruselas con un documento cerrado bajo el brazo.
La vicepresidenta económica Elena Salgado prometía hace unos días en Bruselas que la medida “más importante” que aportará España al Pacto del Euro, que busca mejorar la competitividad de los países de la moneda única, serán los cambios en los convenios.
Pues bien. Fuentes empresariales de toda solvencia, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, explican que la patronal que preside Joan Rosell sólo pondrá su sello en unos cambios de calado que aumenten realmente el poder de las empresas en las decisiones internas y les permita manos libres para adaptarse a situaciones críticas y para decidir, sin condiciones, sobre asuntos relativos a salarios, jornada laboral y movilidad funcional de los trabajadores.
Las mismas fuentes comentan que el acuerdo no estará listo antes del próximo jueves 24 de marzo, día en el que se celebra la cumbre donde los líderes europeos prevén aprobar el llamado Pacto del Euro. "Se intensificarán las negociaciones durante la semana que viene para dejar el acuerdo encarrilado, pero nunca antes de final de mes”, señalan.
Según las fuentes consultadas, el Gobierno de Zapatero está presionando a los interlocutores sociales para poder alcanzar y 'vender' la próxima semana en Europa un acuerdo entre los empresarios y los sindicatos españoles sobre la reforma de la negociación colectiva.
En estos momentos, sindicatos y patronal han demandado una prórroga del plazo impuesto por el Ejecutivo, que concluía ayer sábado, para seguir negociando la reforma de los convenios. Sin embargo, Zapatero desea llegar a Bruselas el jueves con el pacto cerrado entre la CEOE y los agentes sindicales: no quiere quedar en evidencia ante sus colegas en el Consejo Europeo, que nadie pueda decirle que no ha hecho los deberes.
