Una fusión BBVA-KutxaBank, la última exigencia del ‘socio’ PNV al Gobierno

Los nacionalistas buscan aprovechar el fracaso del intento de integración con el Sabadell para ‘vasquizar’ la entidad y conseguir influencia directa en el nuevo gran banco, que ya tiene sede en Bilbao

Exterior de una sucursal de Kutxabank.
Exterior de una sucursal de Kutxabank.

El fracaso de la fusión entre BBVA y Sabadell ha movilizado al PNV para posicionar a Euskadi en el nuevo puzle bancario español. Dirigentes del partido nacionalista han reclamado al Gobierno que promueva la integración de KutxaBank, el grupo que aglutina a las antiguas cajas vascas, con la entidad que preside Carlos Torres.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los movimientos, el proyecto de fusión entre BBVA y KutxaBank forma parte de un plan a largo plazo del PNV para convertir al País Vasco en la región con mayor fortaleza empresarial sólo por detrás de Madrid.

Los nacionalistas vascos son conscientes de que son una pieza clave para mantener a Pedro Sánchez en La Moncloa, y se han propuesto aprovechar el declive de Cataluña como potencia económica a causa del ‘procés’ para adelantarla.

En el Gobierno de Íñigo Urkullu consideran que se ha presentado una oportunidad para que Euskadi se sitúe por delante de Cataluña como polo de riqueza ante la salida de bancos y empresas, y la huida de inversiones de esa comunidad como consecuencia de la amenaza soberanista.

Una fusión BBVA-KutxaBank

Las fuentes a las ha tenido acceso confirman a ECD que dirigentes del PNV han trasladado a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que promueva la fusión de BBVA y KutxaBank, aprovechando que ella misma alienta fusiones en los últimos meses, para que los bancos españoles se defiendan mejor de lo que se avecina.

Consideran que el fiasco de las negociaciones entre la entidad que preside Carlos Torres y el Sabadell ha arrojado una imagen de debilidad y de fracaso en un proyecto importante de dos entidades que son sistémicas para la cuarta economía del euro. Es decir, tienen que gozar de buena salud por el bien de toda la economía.

Aunque el discurso oficial de la ministra de Economía es dejar que las empresas privadas actúen como estimen oportuno, la fusión BBVA y Sabadell fue considerada una buena solución por el Gobierno para, sobre todo, este último. La absorción de Bankia por parte de CaixaBank se enmarca dentro de una consolidación defensiva general de la banca española que está a la cola de la Eurozona en fortaleza de capital.

Se tiene en cuenta también que se atraviesa un momento delicado, en el que los inversores no están dispuestos a acudir a ampliaciones en un sector tan castigado y que puede afrontar deterioro de créditos y alta morosidad futura derivada de la pandemia.

El control absoluto sobre KutxaBank

Según las fuentes consultadas por ECD, los principales dirigentes del PNV buscan aprovechar ahora el fracaso del intento de integración del BBVA con el Sabadell para ‘revasquizar’ la entidad y conseguir influencia directa en el nuevo gran banco resultante a través de KutxaBank.

 

No se pasa por alto que el PNV controla el 57% de la BBK. Es la fundación bancaria BBK -antes caja de ahorros BBK- la que controla el accionariado del banco y, por tanto el partido tiene una posición de control.

En esta fundación, nueve de los quince miembros de su patronato están designados por el PNV o por entidades políticas regionales como las diputaciones. Además, en el consejo de administración de la entidad vasca, diez de sus quince miembros (un 66%) son designados por ese mismo partido.

Con este movimiento, los nacionalistas vascos persiguen no solo ‘revasquizar’ el BBVA, sino hacerlo con una entidad que controla el partido, que se convertiría en el principal accionista del nuevo banco. Además, la sede de la entidad fusionada se ubicaría en Bilbao, lo que multiplicaría su importancia como plaza financiera.

Buscan conseguir así un régimen similar al de Iberdrola. Es decir, tener una gran cotizada con sede en Bilbao y que celebre juntas de accionistas en la capital del País Vasco.

En clave interna, el PNV considera que la operación afianzaría además su control de KutxaBank ante la amenaza de que Bildu le coma terreno electoral en Euskadi.

El fracaso de la fusión BBVA-Bankia

Hay que recordar que cerrar la fusión BBVA-Bankia, con José Ignacio Goirigolzarri al frente, era el objetivo de las familias de Neguri para ‘revasquizar’ el banco que perdieron a manos de Francisco González con el escándalo de las cuentas de Jersey en 2001, a pesar de no contar con una posición relevante en el accionariado

De hecho, el PNV arrancó a Pedro Sánchez su apoyo a esa operación para respaldar su investidura en verano de 2019, que finalmente resultó fallida y desembocó en la repetición electoral del 10 de noviembre.

Sin embargo, la integración BBVA-Bankia se encontró con la firme oposición del consejo de administración de la primera entidad, presidido por el sucesor de FG, Carlos Torres, pese al descontento de sus accionistas con las pérdidas del valor y la presión del ‘caso Villarejo’.

Meses después, el presidente de la Fundación Bancaria la Caixa, Isidro Fainé, convenció al Gobierno de la fusión de CaixaBank y Bankia, lo que dio al traste con los planes de los nacionalistas vascos, que ahora vuelven a moverse.

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