Sánchez monta encuentros secretos con grandes empresarios para pedirles perdón

Los grandes empresarios han mostrado en las últimas semanas su descontento con el pacto de investidura de Pedro Sánchez y sus socios, que concede la amnistía a los encausados por el ‘procès’. Pero el presidente está montando reuniones secretas con algunos de los principales ejecutivos del Ibex para recuperar los puentes rotos.

Algunas patronales han llegado a pedir someter a una consulta ciudadana los acuerdos para que el nuevo Gobierno conozca “la opinión de la mayoría” de la sociedad.

Reconciliarse con el Ibex

Sin embargo, con Pedro Sánchez investido y su Gobierno comenzando a funcionar, el jefe del Ejecutivo ha iniciado una ronda de contactos en secreto con los principales líderes empresariales y ha vuelto a pasearse públicamente por los foros del sector privado. 

El presidente quiere firmar la paz con los grandes del Ibex después de los ataques del último año, según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes próximas al equipo económico de Moncloa.

Lo ha comenzado a hacer, aseguran, en citas que no aparecen en la agenda pública que cada día se puede consultar en la página web de La Moncloa, en la que sí han quedado registradas las reuniones con directivos de Cepsa y Maersk en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP), y su participación en la clausura del Congreso 10º Aniversario Multinacionales con España.

Reuniones secretas

Las primeras reuniones secretas ya se están produciendo. Hace unas semanas, Pedro Sánchez se citó con Isidro Fainé, presidente de la Fundación La Caixa, en La Moncloa. 

Durante la reunión abordaron cuestiones relativas a la actualidad y a la situación de las empresas participadas por la entidad financiera, como la polémica sobre la entrada de Arabia Saudí en el capital de Telefónica.

Según las fuentes consultadas, el presidente del Gobierno también se ha reunido con máxima discreción en las últimas semanas con el presidente de Mercadona, Juan Roig; el de Telefónica, la principal teleco española, José María Álvarez-Pallete; con el de ACS, Florentino Pérez; y con el consejero delegado de Endesa, José Bogas, entre otros.

Encuentros cara a cara

Según las fuentes a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, Sánchez está intentando normalizar las relaciones del nuevo Gobierno de coalición con los grandes empresarios en “encuentros cara a cara”. 

Su intención es reconstruir puentes con las principales compañías del país después de las “broncas” de la pasada legislatura. “Pero sobre todo por las provocadas por los comentarios y propuestas de las ministras de Unidas Podemos”, resaltan en el equipo económico del presidente en Moncloa.

Perdón por los ataques de Podemos

Las mismas fuentes revelan que Sánchez está pidiendo perdón personalmente a algunos de los grandes empresarios del país por los ataques directos que han recibido por parte de los representantes de Unidas Podemos en el Gobierno durante la pasada legislatura. 

En las conversaciones con los altos ejecutivos, les destaca que las posturas del PSOE y los morados fueron muy diferentes en el último año respecto a la inflación, y sobre cómo han aprovechado las grandes compañías la crisis de precios y los tipos de interés para aumentar sus beneficios.

Les insiste también en que la parte más beligerante en esta batalla fueron los líderes de Podemos (entre los que señala directamente a Ione Belarra y Pablo Echenique), y sobre los que repite en esos encuentros secretos, una y otra vez, que “ahora ya están fuera del Gobierno de España”.

Sacudirse el “estigma antiempresas”

En el equipo de máxima confianza del líder del PSOE no se pasa por alto que las declaraciones de los ministros de Unidas Podemos, principalmente contra los bancos y las eléctricas, rompieron todos los puentes entre ambos sectores y el Ejecutivo.

Ahora, la estrategia de Sánchez pasa por sacudir de las espaldas del nuevo Gobierno el “estigma antiempresas” que sobrevoló constantemente sobre su gabinete en la anterior legislatura, en la que el Consejo de Ministros retó a los grandes empresarios con decisiones muy polémicas, como la creación de los impuestos a los beneficios extraordinarios de la banca o de las energéticas, el diseño del tope al gas (o mecanismo ibérico) y la histórica subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que endosó a las empresas.