Urkullu reserva 230 millones para ‘asaltar’ Euskaltel si MásMóvil se lleva la sede del País Vasco

El fondo público dependiente del Instituto de Finanzas permitirá recuperar el control de la compañía para salvaguardar el arraigo a Euskadi

Masmóvil.
Masmóvil.

MásMóvil se ha hecho definitivamente con Euskaltel. La operadora amarilla ha logrado hacerse con el 98% de las acciones de la vasca, después de la OPA amistosa que lanzó sobre el 100% de la compañía. Pero el Ejecutivo de Iñigo Urkullu se reserva un as en la manga si el grupo decidiese sacar la sede del País Vasco dentro de cinco años.

El pasado mes de marzo, saltó la noticia a los medios: el Grupo MásMóvil lanzaba una OPA amistosa al grupo Euskaltel por un valor de 2.000 millones de euros, a lo que había que sumar la asunción de una deuda de 1.500 millones.

La operación, que fue formulada por Kaixo Telecom (filial 100% de MásMóvil Ibercom), fue aprobada por el Consejo de Administración del Grupo MasMóvil el 26 de marzo.

A lo largo del mes de junio, como esperaba la compañía presidida por Spenger, llegaron las aprobaciones tanto de la CNMC y de la CNMV, como del Gobierno. Ahora el Grupo MásMóvil acaba de comunicar que su OPA sobre Euskaltel ha encontrado un gran respaldo entre sus accionistas: el 97,67% del capital social ha aceptado la oferta.

Con este resultado, se asegura el éxito de la operación y pone en marcha la maquinaria para excluir a Euskaltel de Bolsa. Un paso más del conocido como el cuarto operador español, propiedad de los fondos KKR, Civen y Providence, para reforzar su posición en un mercado que lideran, por este orden, Movistar, Orange y Vodafone.

No obstante, el éxito de la oferta era en parte anunciado, pues contaba desde su anuncio con el respaldo de los principales accionistas de la compañía (Zegona, Kutxabank y Alba Europe) que suman el 52,32% del capital social.

Un fondo de 230 millones de euros

Hay que recordar que Euskaltel no es una empresa cualquiera en el País Vasco, y su absorción por parte de MásMóvil ha desencadenado una catarata de reacciones políticas que promete prolongarse en el tiempo.

El particular recorrido histórico de la compañía, que tiene su origen en el pacto de investidura de José María Aznar en 1996, la cuota de mercado que llegó a alcanzar y su componente simbólico son algunos de los factores que inciden en las derivadas políticas de esta operación.

Hace unos meses, la consejera de Desarrollo Económico del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, Arantxa Tapia, reconoció que el Gobierno vasco intentó sin éxito adquirir acciones de Euskaltel en 2019.

 

Pero Tapia, la máxima responsable de la política industrial de Euskadi, no llegó a aclarar por qué este interés, que aún se mantiene, se quedó en nada cuando quien tenía y quería vender sus participaciones era Kutxabank, el banco controlado por el PNV a través de la BBK.

Sin embargo, la consejera vasca abrió la puerta el pasado mes de marzo a futuras adquisiciones, al anunciar que el fondo público destinado a este objetivo se elevará hasta los 230 millones de euros aunque los precedentes apuntan en la dirección contraria.

Salvaguardar el arraigo a Euskadi

El Gobierno vasco de la mano de la BBK, el accionista mayoritario de Kutxabank, podría recuperar así el control accionarial, y evitar que la compañía que nació como una apuesta de país y con fuertes inversiones públicas, acabe abandonando el territorio.

De momento solo es una advertencia que cuenta con el apoyo del lehendakari, Íñigo Urkullu, que está atento a cualquier movimiento que ponga en peligro el empleo o el arraigo de Euskaltel a Euskadi.

Por el momento, MásMóvil ha anunciado que mantendrá sus sedes actuales en Euskadi, Galicia y Asturias, lo que mantiene tranquilo al Ejecutivo vasco durante al menos los próximos cinco años

La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, se ha mostrado favorable incluso a entrar en el accionariado si hay movimientos para diluir la presencia de la operadora de telecomunicaciones en Euskadi.

El instrumento que puede utilizar el Gobierno de Euskadi es el Finkatuz, un fondo público dependiente del Instituto Vasco de Finanzas y precisamente ideado por el propio Gobierno para fortalecer el arraigo de las grandes compañías y anclarlas en la economía local.

La compra de acciones sería más simbólica que efectiva. Se antoja complicado que la entrada del Gobierno vasco pudiera impedir que MásMóvil continúe controlando la compañía. Eso sí, la operación serviría para reforzar al grupo de accionistas vascos, encabezados por Kutxabank.

Mantendrá la sede en el País Vasco

Los ingresos del nuevo grupo serán aproximadamente de unos 2.700 millones de euros anuales y contará con una plantilla de más de 1.900 personas.

En este sentido, la compañía se ha comprometido a no implementar programas de regulación de empleo (ERE), sino que va a “tratar de generar nuevos puestos de trabajo alrededor de sus nuevas líneas de negocio” (energía, telemedicina, etc.).

También ha expresado sus intenciones de potenciar el arraigo con los territorios en los que operan las marcas Euskaltel, R y Telecable, no solo con el mantenimiento de la sede social, sino también priorizando el despliegue de red de fibra óptica y 5G en esas regiones.

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