“¿Usted ficharía a un directivo que espía a su presidente?” El Santander declara la guerra a Andrea Orcel

El banco ha decidido pasar al ataque y difunde en el sector financiero que el ex banquero de UBS no es un ejecutivo de fiar y que actúa con deslealtad

Andrea Orcel y Ana Botín.
Andrea Orcel y Ana Botín.

El enfrentamiento entre el Banco Santander y Andrea Orcel por el fichaje frustrado del banquero  sube de intensidad. El equipo de Ana Botín asegura que ha sido el directivo italiano el que ha querido ir definitivamente a la guerra y la presidenta de la entidad está dispuesta a dejarle en el mundo bancario a nivel mundial como una persona que no es de fiar.

En un duro comunicado emitido el pasado 26 de julio, el Santander destacaba que Orcel grabó sin consentimiento conversaciones privadas con Botín después de que el banco decidiese dar marcha atrás en su fichaje como consejero delegado.

También guardó correos electrónicos que ha aportado en su demanda presentada contra la entidad. La entidad calificó esta práctica de “dudosa calidad ética y moral”.

Andrea Orcel era un personaje secundario de la prensa económica española hasta que el pasado mes de septiembre el Banco Santander anunció que se convertiría en el próximo CEO del grupo. Casi un año después, el banquero italiano se ha convertido en el “enemigo público número uno de Ana Botín”, según lo califica un directivo de su máxima confianza.

“¿Ficharía a un directivo que espía a su presidente?”

En conversaciones privadas, a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, ejecutivos del Santander son tremendamente duros con Orcel. Aseguran que ha decepcionado profundamente a Botín.

Si es capaz de grabar a quien dice ser su amiga sin consentimiento, ¿cómo confiarle a los millones de clientes del Santander?”, destaca un miembro del consejo del banco.

Ni del Santander ni de ningún otro banco. ¿Ficharía usted a un directivo que espía a su presidente?”, añade este mismo ejecutivo a un agente del sector financiero que lleva años trabajando con el Santander.

Dejarle como un ejecutivo desleal y que no es de fiar

Ese mensaje es solo un ejemplo de que, aunque de forma discreta, la campaña del Santander para perjudicar la imagen de Andrea Orcel en el mundo bancario se encuentra en marcha. “Ha sido él el que ha decidido ir a la guerra”, zanja sin querer entrar más en estas maniobras el alto cargo del Santander con el que ha hablado ECD.

Pero lanza un aviso a navegantes: “Ana Botín ha conseguido, en los últimos años, una interlocución al más alto nivel con los principales banqueros y líderes políticos y empresariales del mundo”. Ahí queda.

 

Concretamente, a la presidenta del Santander “le cogen el teléfono directamente los presidentes del Deutsche Bank, HSBC o Citibank. Un nivel de relaciones y contactos que otros muchos banqueros, incluso los mandatarios europeos, no tienen”, coinciden también varios directivos bancarios. 

Existe unanimidad, por tanto, sobre las privilegiadas relaciones de Botín en todo el mundo y su capacidad de influencia en el sector financiero global.

En el Santander se destaca que Orcel no sólo grabó sin consentimiento conversaciones privadas con la presidenta del banco, sino que además exigió una retribución más elevada en el transcurso de las negociaciones, en contra de lo que supuestamente estableció en un primer momento.

En la cúpula de la entidad también saben que la obsesión de Andrea Orcel es que Ana Botín tenga que pasar el bochorno de tener que declarar en un juicio mercantil y, como la grabó sin su consentimiento, existe la posibilidad de que se lleguen a filtrar situaciones o comentarios sobre cómo la presidenta gestiona el primer banco del país.

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