
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, apenas se ha quitado la corbata en los últimos meses. Después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareciese solemnemente el pasado verano, y anunciase que iba a prescindir de esa prenda para “contribuir con el ahorro energético”, bastantes ministros han secundado la consigna de Sánchez. Es el caso de Félix Bolaños, Fernando Grande Marlaska, Joan Subirats y Miquel Iceta. Todos… menos Escrivá, que ha decidido seguir llevándola casi siempre.
Y este miércoles no fue una excepción. El responsable de Seguridad Social se disponía a firmar uno de los acuerdos más importantes de su mandato: la reforma de las pensiones. Una rúbrica que iba acompañada de una foto junto a los secretarios generales de los dos principales sindicatos del país, CCOO y UGT. En ese escenario, el ministro Escrivá fue el único que apareció con corbata. Una circunstancia que propició el comentario entre periodistas que habitualmente cubren la información laboral de que “a Escrivá no le aprieta la corbata”. No pasaron por alto que el contraste en la instantánea que inmortalizó el momento era mayor si se tiene en cuenta la vestimenta más informal que lucían los lideres sindicales, incluido el pañuelo que se cuelga al cuello con frecuencia el máximo representante de UGT, Pepe Álvarez.
