La pintura roja resiste en las estatuas de Largo Caballero e Indalecio Prieto
Los nombres de Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto, fallecidos hace décadas, han sido habituales en los medios de comunicación en los últimos meses. El Ayuntamiento de Madrid, a propuesta de Vox y con el apoyo del PP y de Ciudadanos, ha aprobado quitar los nombres a sendas calles y ha retirado una placa de recuerdo, al considerar que se les debe aplicar la Ley de Memoria Histórica de 2007 por su papel en la Guerra Civil.
Pero, además, las estatuas de ambos dirigentes del PSOE, protagonistas de la Segunda República y de la contienda de 1936, en el complejo de Nuevos Ministerios en Madrid han sido objeto de ataques vandálicos.
Primero el 10 de octubre, y después de nuevo el 1 de noviembre, en los dos monumentos alguien vertió pintura roja y realizó grafitis de “asesinos” y “rojos no”.
Después del primer ataque, militantes de UGT (de la que Largo Caballero fue secretario general) limpiaron las estatuas. Tras el segundo, también se desplegaron operarios de limpieza para retirar, con agua a presión, las manchas.
Pero El Chivato ha podido comprobar que la pintura no ha desaparecido del todo más de un mes después del último ataque. Las fotografías muestran cómo se encontraban las dos estatuas el pasado viernes 11 de diciembre.
De la figura dedicada a Francisco Largo Caballero (ministro de Trabajo en la Segunda República, y presidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra durante la Guerra Civil) se había retirado una parte de la pintura, pero aún tiene ‘hilos’ de color rojo sobre todo por la parte inferior.
En la peana de granito ya apenas quedan manchas, pero parece que alguien ha vuelto a aplicar pintura roja en los apellidos de este histórico dirigente socialista.
La estatua de Indalecio Prieto (que fue ministro de Hacienda, de Obras Públicas, de Defensa Nacional y de Marina y Aire) ha sido rodeada con vallas y lonas que tapan la parte inferior y que no permiten acercarse. También hay unos andamios de pequeño tamaño, se entiende que para que los operarios de limpieza puedan trabajar más fácilmente en la retirada de la pintura.
En este monumento, las manchas rojas son aún muy visibles, y se puede vislumbrar a través de las vallas que la pintada negra de “asesino” en la base de la estatua todavía no ha sido eliminada.
Vea las imágenes:
