A Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, que consigue ahorrarles a los ciudadanos 4 millones de fotocopias en trámites burocráticos

Es una realidad. A partir de ayer mismo, la Administración del Estado ha dejado de pedir fotocopia del Documento Nacional de Identidad para los trámites que los ciudadanos tienen que realizar ante los distintos organismos del Estado. Tampoco serán necesarios los certificados de empadronamiento que piden la Seguridad Social y otras entidades estatales. Se empieza a cumplir así con la ley de acceso electrónico que establece que los individuos no tendrán que aportar ningún documento que tengan ya las Administraciones Públicas. A partir de 2009, el Estado ya no podrá exigir a los españoles certificados de hacienda o de vida laboral. Los ciudadanos se ahorrarán tiempo y dinero y se pone a la Administración un poco más cerca y más accesible en esas tareas burocráticas que se hacen interminables. La era digital está en marcha; mejor dicho, en pleno apogeo, y poder hacer uso de las nuevas tecnologías siempre es útil. Una guinda para el titular del departamento.