A César Antonio Molina, ministro de Cultura, que prefiere inhibirse en el litigio entre Cataluña y Aragón a propósito de los llamados “bienes de la Franja”
Muy al contrario de lo ocurrido cuando los “papeles de Salamanca”, el Gobierno central se ha de inhibir en la cuestión de los “bienes de la Franja” que enfrentan a las CCAA de Aragón y Cataluña y a las diócesis de Barbastro-Monzón y de Lérida por 113 obras de arte aragonesas que están en el Museo Diocesano de la ciudad del Segre. El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, ha solicitado ayuda a Ferraz y al Gobierno, y tanto Pajín como Molina han rechazado respaldar la legítima demanda del aragonés, tras los pleitos mantenidos en la jurisdicción eclesiástica, que obligan a la Generalitat a entregar las obras. Molina arguye que el pleito es canónico pero lo cierto es que es la Generalitat la que retiene las obras aragonesas. Guindilla a un ministro y a un ministerio que intervienen cuando les conviene por cuestiones partidistas o ideológicas.
