El Faisán, ¿fin de Rubalcaba?

Las consecuencias del caso Faisán es un secreto a voces. La caída de Rubalcaba es sólo cuestión de tiempo, del tiempo que tarde el chivatazo a ETA en concluir judicialmente, puesto que hay una imposibilidad metafísica de que el Gobierno no supiera nada de este terrible caso. Cada día que pasa se acelera el desenlace fatal y crece el calvario del ministro del Interior. De la noche al Faisán, Rubalcaba ha dejado de cotizar en las quinielas sucesorias de Zapatero. Ni al alza, ni a la baja, sencillamente se desliza a la carrera hacia su amortización política por la ineludible necesidad de asumir el coste del mayor escándalo relacionado con la banda terrorista ETA. Los españoles no entenderemos nunca, no lo podremos comprender jamás ni admitir de ninguna forma que desde altas instancias policiales se advirtiera de una operación contra el aparato de extorsión de ETA. El responsable de esas altas esferas es el Ministro. Por si fuera poco, la Chacón ataca en el momento propicio. ¿Por qué ahora y no hace dos meses?