Familia, Patrimonio común y sin adjetivos

La Iglesia, cuando habla de la Familia, se refiere sencillamente a la Familia, sin adjetivos

Escucho en la Primera de Televisión Española, la machacona alusión a la "familia tradicional" que -dice- defiende la Iglesia. La Iglesia, cuando habla de la Familia, se refiere sencillamente a la Familia, sin adjetivos, y no la contrapone a otras: sólo cree en una, de valor universal, Patrimonio común de la Humanidad, fundada sobre la base del matrimonio (unión indisoluble del hombre y la mujer, que parte del amor mutuo y del compromiso).   La Familia, célula viva de la sociedad, es la transmisora número Uno de valores humanos y de nuestras raíces culturales, motor de bienestar personal, económico y social. Esta Institución secular no ha sido instituida por la Iglesia ni por el Estado, sino que es anterior a ellos y común a las diversas culturas.   La Iglesia la que defiende y quiere preservarla de los errores que podrían corromperla y dar al traste con el mejor de los tesoros de los hombres y el más valorado a nivel universal.   Si la familia está sana y funciona, funciona la sociedad; si flaquea, la sociedad se resiente. La Iglesia, promotora de lo bello, lo bueno   y lo verdadero, nos recuerda a todos, la enorme importancia de la Familia, de la que procedemos, en la que nos educamos (crea el entramado de nuestra personalidad) y en la que nos apoyamos con mayor confianza.   El Estado debe ayudarla con todos los medios a su alcance. Desgraciadamente, en España, la familia es la cenicienta en los intereses del Gobierno. ¿Será por eso por lo que la Familia está a la cola de Europa en prestaciones sociales? Como hija de padres que se amaron durante sus largos años de matrimonio, y como fundadora de una familia  junto a mi marido, agradezco al Santo Padre su Visita a España en Valencia para celebrar la maravilla de la institución familiar.

 

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