Respeto y decoro

El mes de mayo es el predilecto para la realización de bodas, comuniones y confirmaciones, todos ellos sacramentos de la Iglesia católica. Tal inclinación se debe a la advocación a la Santísima Virgen María, es un mes dedicado especialmente a Ella. Partiendo del presupuesto de que la práctica de dichos sacramentos son absolutamente voluntarios, se viene observando en bastantes  ocasiones en los templos una aire más bullicioso y movido que devocional así como no perder de vista los vestidos que llevan los asistentes en vez de ostentar la compostura debida. Lo importante de estos actos no son las pantagruélicas comidas o cenas ni los destellos de las joyas que en muchos casos son obra de los préstamos bancarios personales. La observancia del silencio, del respeto y del recato son actitudes que muestran la devoción al único protagonista de estos eventos: el Señor. No olvidemos que es compatible la alegría de tales acontecimientos con la piedad hacia Aquel que instituyó dichos sacramentos.

 

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