Atención Primaria tensionada, deficitaria y maltratada

Soy Enfermero de Atención Primaria y Comunitaria (APyC). La pandemia COVID ha puesto más de manifiesto, si cabe, la falta endémica de recursos en AP.

Dirijo algunas reivindicaciones de los profesionales sanitarios de AP a la Sra. Vergés (Consellera de Salut), el Dr. Comella (Director del Servei Català de la Salut) y el Dr. Argimon (Director Gerent de l’ICS):

• El déficit presupuestario de AP pone en riesgo la seguridad y la calidad asistencial y nos tensiona a los profesionales.
• La falta de recursos materiales y profesionales dificulta el trabajo de promoción y prevención de la salud y deja en un segundo plano la actividad comunitaria.
• La excelencia y eficiencia de la AP está estrechamente ligada al liderazgo enfermero y a la suficiente dotación de enfermeras en los equipos. Es inviable una APyC de calidad con cupos de 1500 usuarios por profesional.
• La pandemia ha agudizado la presión asistencial sobre los sanitarios de AP, especialmente sobre las enfermeras, que desempeñamos la mayor parte de la actividad asistencial presencial: atención domiciliaria, visitas en el CAP, extracciones, PCRs, urgencias, técnicas enfermeras, VACUNACIÓN, etc.
• Lamentable la falta de reconocimiento y bajas retribuciones salariales de los profesionales de AP, especialmente de las enfermeras. Pese al alto nivel competencial y de responsabilidad de las enfermeras existe un agravio con respecto a otras profesiones similares y de menor riesgo. Nos niegan el grupo A1.
• Las condiciones laborales y contractuales son muy mejorables. Es evidente que faltan profesionales sanitarios en AP y es difícil fidelizarlos.
• Las enfermeras tenemos una entidad propia, el cuidado, estamos presentes en todas las situaciones de salud de los ciudadanos, no aceptamos realizar tareas propias de otros estamentos sanitarios a causa de la falta de los mismos.

Por cierto, “sigue habiendo falta de enfermeras en la toma de decisiones”. Escúchennos e implementen políticas consecuentes.