El crucifijo de Cotino
No entiendo a los que se han escandalizado porque el nuevo Presidente de las Cortes de la Comunidad de Valencia haya querido jurar su cargo con un crucifijo sobre la mesa; muchas veces hemos visto en la toma de posesión ante el Rey de los gobiernos de la nación, que la promesa o el juramento de los nuevos ministros se hacía en la Zarzuela ante una mesa con un crucifijo y un ejemplar de la Constitución, sin que a nadie protestara por ello. Por otra parte es lógico que el juramento se haga ante un crucifijo puesto que es una promesa que se hace poniendo a Dios por testigo del compromiso de cumplirla. Si el señor Cotino quiere jurar su cargo y desea hacerlo como creyente, está en su derecho - el cual está amparado por la Constitución -, máxime cuando después ese crucifijo, como él ha dicho, dejará de estar en la mesa de las Cortes pasando a su despacho. Si ello escandaliza a alguien, sea político o medio de comunicación, no creo que pueda presumir de tolerancia ante las creencias religiosas de los demás, que coincide que son las mayoritarias de los españoles.