La cuestión sucesoria moderna

Una de las cuestiones que más cuesta resolver dentro de los círculos de muchas Casas Reales siempre ha sido y es la cuestión del orden sucesorio. No tan solo se preocupa por el orden, sino que abarca cuestiones tan variadas y diversas como la legitimidad histórica de la persona o de la dinastía, ya que cada elección puede significar una mentalidad u otra.

En nuestro caso, tal vez, los casos más sonados fueron las disputas entre: Isabel la Católica y Juana la Beltraneja; que marcaron el porvenir castellano muy claramente y las disputas dinásticas a la muerte de Carlos II que llegaron a enfrentar a las dos grandes Coronas históricas del Reino que luchaban por la monarquía austracista o por la borbónica.

Por otra parte, lo que hoy nos ocupa es la postura de nuestra sociedad democrática frente a la legislación vigente que postula, en el artículo 57.1 de la Constitución, que hay preferencia de agnación rigurosa y el varón sobre la mujer. Cosa que tras el nacimiento de la Princesa Leonor y de la Infanta Sofía, levantó voces discordantes con esta preferencia, ya que para la España actual este postulado es injusto.

Hoy en día pues, es indiscutible que Doña Leonor sea la Princesa de Asturias y que en ella recaiga el peso del futuro de la institución monárquica. Pero el caso es que la gran pregunta que se debería plantear la sociedad española es si quieren una futura Reina de cuento de hadas: a la que colgar medallas, que acude a bailes y sólo hace el papel de figurante, o lo que realmente queremos, por nuestro bien es que la futura Reina sea una reina capaz, segura, decidida, preparada y formada que demuestre que la discriminación de género quedó en el pasado y que es tan o más válida que cualquier otro como para ocupar el papel de sus predecesores.

¿Qué quiere España? ¿Acaso queremos una monarquía inservible? La sociedad debe aceptar que la Princesa sea preparada para su Reinado, como lo hicieron su padre o su abuelo. No nos debe asustar que la Princesa llegue a lo más alto de la carrera militar ni nada. La Princesa Leonor puede ser la persona que mejor encarne en sí la igualdad de géneros efectiva y que ratifique de una vez por todas a nuestra monarquía parlamentaria.

La Princesa está llamada a cumplir con la carrera militar y diplomática, ya que llegará el día en que releve a su padre y se encuentre solo ella ante la Jefatura del Estado, por lo que su formación rigurosa debe empezar desde lo más temprano para que, ojalá, Doña Leonor sea recordada también como sus grandes predecesores.

España, más bien dicho, la mentalidad española debe adaptarse a su momento y también la Corona debe adecuarse a los nuevos tiempos; siempre teniendo en mente el mejor porvenir para España. Por lo que una monarquía moderna, ejemplar, que sepa preservar la esencia de nuestro país, así como sus tradiciones y sus valores, eso es lo que necesitamos. Esa idea es la que hará que la Corona sea el verdadero símbolo de la unidad y permanencia de España.


 

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