El plan económico de Sánchez

El plan es tan viejo al menos, como Maynard Keynes, un economista británico que si consultan a S. Google, verán que es considerado como uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, que por cierto, es lo mismo que dice de Carlos Marx respecto del XIX, y naturalmente, con “”influencers”” así, nos va como nos va.

Yendo al grano, decir que el Míster tuvo la maravillosa idea de que los fuegos se apagan con gasolina y que si a causa de la recesión, la gente retrae sus gastos y la economía se contrae, la mejor medicina es imprimir billetes como si se acabara el mundo y que el Estado acometa gastos faraónicos, porque ese río de dinero llegará rápidamente a los bolsillos de los ciudadanos que abandonarán la austeridad y volverán a gastar, lo que a su vez dinamizará la economía. Es el famoso efecto locomotora. Por si no lo han entendido, aclarar que si se ejecuta a escala adecuada, basta contratar a una serie de fulanos para que abran hoyos, y a otros para que los cierren, que eso es en esencia el bálsamo de Fierabrás económico del Sr. Keynes.

Lo bueno que tiene la Economía es que no es una ciencia, sino un género literario, lo que permite que haya doctores en la materia como nuestro presidente; que incluso dos premios Nobel en Economía, puedan dar recetas contrapuestas para el mismo problema y que da igual que las pruebas empíricas demuestran una y otra vez que los relojes no se arreglan a martillazos y que nunca jamás y bajo ninguna circunstancia, políticos gastando a manos llenas han arreglado nada, y menos un mecanismo tan delicado como la economía.

Supongo que los más viejos del lugar recordarán que en algunas obras del Plan E zapateril, los carteles anunciadores costaron más que la obra, pero como digo, eso no era problema porque el asunto es gastar y los pintores y cartelistas también cobraban sus buenos dineros por aquella propaganda para mayor gloria del “Gobierno de España”. Es decir, de Zapatero.

Como no podía ser de otra manera, vuelve la burra al trigo y los políticos a eso que tan bien se les da de gastar dinero, sobre todo cuando no es el suyo, además de que imaginación para gastarlo tienen para comer y colgar -que decía mi abuelo-. Así que no se extrañen si ven planes de todo tipo, incluyendo talleres para que las mujeres aprendan a conocer su coñ@ o como he leído esta mañana, para facilitar trabajo juvenil a los MENAS, mientras que en España, los mayores de 45 o 50 años que se quedan en paro son pasto de las hormigas.

Luego vendrán el llanto y el crujir de dientes, pero a los culpables y a sus economistas de cámara no les afectará, porque todos ellos estarán muy bien colocados; si tienen alguna duda, miren a Zapatero y a sus ministros de entonces. Verán como a ninguno se los encuentra en las colas del paro o en las del hambre.