Quinta semana del estado de alarma. Plan de vacunación: mucho ruido y pocas nueces

Es difícil entender los avatares de la comunicación sobre todo si se trata de un tema crucial como es el programa de vacunación de una de las grandes pandemias vividas en la historia de la humanidad.

Compararse con otros países en parecidas circunstancias es humano pero más humano es cuando abres la prensa y ves el plan de vacunación alemán, donde especifican grupos concretos, plazos concretos, centros concretos, equipos concretos y un derroche de planificación, análisis y estudio y un programa informativo estructurado y coherente.

Abres la noticia del plan de vacunación canadiense y observas que, debido a la temperatura que debe tener la vacuna, han preparado frigoríficos específicos, apoyo logístico del ejercito tanto para el transporte como para el propio proceso de vacunación en caso de que hiciera falta. contemplas un plan organizado, analizado, pensado y calendarizado, contando con todos los recursos a su alcance.

Ansiosos nos sentamos frente a la televisión el martes día 24 para ver el programa de vacunación español y, cuando termina, tienes la sensación de que se ha ido la luz y seguirán cuando enganche. Nos cuentan el título del primer párrafo, del primer capítulo, de la primera etapa y luego... Dios dirá. Presos de la ira que desató semejante "engendro informativo", dos días más tarde, nos vuelven a sentar junto a la televisión, faltaba el brasero, para informarnos que, el mismo primer párrafo, del primer capítulo de la primera etapa pero, esta vez si, han crecido los grupos designados para la ansiada y necesaria vacuna para poner en marcha de nuevo el mundo y, la gran esperanza que supone la vacuna, se queda de nuevo en "agua de borrajas", o, nunca mejor dicho en un To be continued. 

Manteniendo las normas de educación, la sensación cuando menos es simplemente, sorprendente.