Estabilización de fachadas: Usos y tipologías de Estabilizadores de Fachadas

En ocasiones, en especial cuando se rehabilitan edificios con un alto valor histórico, la fachada suele tener protección patrimonial y no se puede tocar. Esto es un problema, pues cuando despojamos al edificio de su estructura interior, la fachada corre el riesgo de que se desplome. Para que esto no ocurra, se emplean los estabilizadores de fachada, ya que aportan la rigidez que falta.

¿Qué es un estabilizador de fachada?

Un estabilizador de fachada no es más que un mecano que puede estar compuesto por celosías Megatruss, Granshor, Megaprop o Superslim. Su objetivo es sujetar este lienzo exterior mientras que el interior del edificio se derriba por completo, para luego volver a edificar como si fuera una obra nueva.

Además, este sistema permite mantener la estética del entorno al tratarse de una estructura sencilla y liviana. 

Hay varios tipos de estabilizadores, los cuales se emplean dependiendo de los condicionantes de la obra:

Estabilizadores exteriores

Entre todos los estabilizadores de fachadas disponibles, este es el más usado. La razón es porque, al colocarse por el exterior, deja el interior libre de interferencias para facilitar tanto los trabajos de demolición de la estructura existente como la construcción de los nuevos forjados.

Cuando hace viento y se producen empujes horizontales en la fachada, estos se llevan a las torres exteriores en cada nivel a través de las correas, las cuales transmiten estas fuerzas a los contrapesos de hormigón.

Justo en los primeros niveles de la estructura se pueden colocar casetas de obra, e incluso marquesinas que aíslan a los peatones de los trabajos, permitiendo su paso.

Estabilizadores interiores

Con ellos, es posible el apuntalamiento de fachadas sin ocupar la vía pública, de manera que las obras no afectan al exterior. Se emplea un sistema de estabilización modular, compuesto por vigas y tensores que se conectan mediante uniones atornilladas.

Existen varios niveles de correas y puntales. Lo que hacen es unir los muros consiguiendo que el movimiento sea solidario, soportando mejor las cargas horizontales. Así, la carga se deriva a los muros arriostrados, relajando la tensión y disminuyendo el riesgo de deformaciones o fisuración.

Apeo de medianeras

Este sistema se usa cuando hay que demoler un edificio entre medianeras, con el fin de que estas no sufran daños. Para ello, se emplea una estructura modular de vigas y tensores, los cuales van atornillados, repartiendo las cargas entre los edificios colindantes o vecinos, evitando así su desplome al eliminar el edificio que hay en medio.

Rehabilitar edificios es algo muy común y también lo es el tener que conservar la fachada. En estos casos, se pueden emplear sistemas de estabilización de fachadas o medianeras, que permiten trabajar sin que estas sufran ningún daño a lo largo del periodo que duran las obras.