Ortodoncia invisible: la alternativa discreta, efectiva y rápida a los brackets convencionales
Qué es una prótesis de ortodoncia invisible
Según afirman los responsables de Cleardent, un grupo de clínicas dentales que cuenta con más de 50 centros odontológicos en Madrid, Barcelona y el sur de España, la ortodoncia invisible está afianzándose como una sólida alternativa frente a las tradicionales prótesis de brackets metálicos.
¿Y es esto una casualidad o una moda? La respuesta correcta es que no: se trata de una tendencia que es la consecuencia directa de las ventajas que ofrece este nuevo tipo de ortodoncia.
Qué es una prótesis de ortodoncia invisible
Uno de los objetivos de las prótesis de ortodoncia invisible es solucionar los problemas de alineación dental de forma discreta, es decir, sin que terceras personas puedan percatarse de que el usuario del dispositivo corrector lleva puesta una prótesis.
¿Y cómo se consigue ese primer objetivo? Sustituyendo los tradicionales alambres y brackets metálicos por unas férulas transparentes que recubren las arcadas cuyos posicionamientos dentales se pretenden corregir. Estas férulas no son visibles por un observador, a menos que este se fije, específicamente y a una distancia mínima, en el interior de la boca del usuario de la ortodoncia invisible.
Tanto el diseño y la fabricación de las férulas se realizan mediante un sofisticado sistema de escaneado bucodental e impresión en 3D.
El material constructivo es un material termoplástico transparente y muy resistente, que además aporta comodidad, precisión y una excelente adaptación a la boca. La consecuencia directa es que se reducen al mínimo las molestias y las pequeñas lesiones bucales que producen los brackets tradicionales.
Ventajas de la ortodoncia invisible
La invisibilidad de las férulas no es solo una ventaja simplemente estética: en pacientes con problemas de autoestima o que se encuentran en edades infantiles o adolescentes, también es un factor que influye en el bienestar psicológico de los mismos.
Por otra parte, además de que son mucho más cómodas que los brackets, las férulas de una ortodoncia invisible son removibles. En concreto, el paciente debe tener las férulas puestas durante un período de entre 20 y 22 horas diarias. Es decir, pueden quitarse para comer, para cepillarse la boca o para descargar durante unos minutos la tensión de la mandíbula.
Esto implica que las tareas de higiene bucal son mucho menos complicadas que cuando se emplean brackets. Otro factor que influye directamente, además de la adaptabilidad de las férulas a la encía, es que aparezcan menos aftas, ulceraciones e infecciones bucales.
Finalmente, las férulas transparentes se rediseñan y se vuelven a fabricar sobre la marcha cada 15 días, en función de la evolución de las posiciones de los dientes del paciente.
Es esta la razón de que los tratamientos con ortodoncia invisible suelan ser considerablemente más rápidos que los realizados con ortodoncia tradicional. De hecho, los tratamientos pueden llegar a ser hasta un 50 % más cortos que cuando se usan los dispositivos de ortodoncia metálicos.
¿Y son todo ventajas? La única excepción es que la ortodoncia invisible no siempre es una opción viable. En los casos de desalineación o apiñamiento dental de mayor gravedad, la única alternativa puede ser la ortodoncia convencional. En cualquier caso, es el odontólogo quien, tras la valoración de cada caso concreto, debe decidir si la ortodoncia invisible es o no la opción más ventajosa para el paciente.
