El NSMC Rayo en la batalla de Trafalgar
El navío Rayo, estuvo capitaneado por el brigadier Enrique MacDonnell y de Gonde (Pontevedra,1753). De segundo comandante, el capitán de fragata Pedro de Mesa.
Como oficiales de guerra : capitán de navío Segundino Salamanca; tenientes de navío: Pedro de Azas, Agustín Roncali, José de Salas y Antonio Bobadilla; tenientes de fragata: Pedro Porrata, Pedro Baeza, Luis la Gándara y Roque Díaz Pardo; alféreces de navío: Andrés Santisso, Juan Fournier y Melchor Álvarez; alféreces de fragata: José Ley, Basilio Gelos, Teodoro Sardi, Miguel Lizarza, Francisco Quiroga y Francisco Carrillo; guardiamarinas: José Montero y Rafael Gracia; primer piloto: Miguel Morán.
En el combate se encontraban embarcados 830 hombres, entre ellos, milicia del Regimiento de Voluntarios de la Corona (después, San Marcial).
Tras él, resultaron 4 muertos y 14 heridos.
Era el navío más veterano de la flota española con 56 años de servicio.
Construido en La Habana en 1749 conforme a los planos de Jorge Juan fue modificado en el arsenal de La Carraca (Cádiz) a un navío de tres puentes montando 100 cañones.
Sus dimensiones eran de 54.49 m. de eslora; 15.57 m. de manga y 7.23 m de puntal.
Montaba 30 cañones de a 36 libras;24 cañones de a 32 libras; 30 cañones de a 8 libras; 4 obuses de a 4 libras y 4 carronadas de a 28 libras, entre otra artillería.
El día 22 de octubre el brigadier McDonnell junto a Rafael Hore, Tomás de Ayalde y Esprit T. Maistral asistieron a una junta en el navío Príncipe de Asturias anclado en el placer de Rota. Acordaron dar la vela cuando amainara el temporal y socorrer a los navíos de la flota aliada. (Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán, Sección Histórico, leg. 4839.).
Se convino textualmente lo siguiente:
«Habiéndose juntado los brigadieres de la escuadra don Esprit Tranquille Maistral, don Enrique McDonnell y don Rafael de Hore, y el capitán de navío don Tomás de Ayalde, conferenciaron sobre el partido que se podría sacar de las fuerzas reunidas en este placer de Rota para favorecer a nuestros buques desmantelados y en mayor daño del enemigo, se acordó: que durante continúe el temporal no conviene dar la vela para afuera; al contrario, siempre que se llame al 3.º cuadrante es preciso entrar en bahía, pero que a la llamada del NO, los navíos que hayan reparado sus averías deben salir a favorecer los navíos nuestros que se descubran y atacar sus escoltas como no sean superiores. Navío Príncipe de Asturias, al ancla sobre el placer de Rota, 22 de octubre de 1805. Maistral, Enrique McDonnell, Rafael Hore, Tomás de Ayalde […]»
El cumplimiento del acuerdo devino imposible para el NSMC Rayo. Con la arboladura muy dañada, azotado por la tempestad, le fue imposible elevar el ancla para hacerse a la mar. Rompe el cabrestante matando a cuatro hombres e hiriendo a 16 marineros. Intenta seguir al navío francés Pluton, pero el viento arrecia, cae el mastelero mayor, se troncha el palo de mesana y queda sin velamen. Larga la cuarta ancla intentando agarrar el buque, pero los vientos lo empujan hacia el acantilado, es imposible. Queda fondeado el día 24 de octubre al N.O., como declara el vigía de la torre de Tavira de Cádiz, concretamente en Sanlúcar.
El parte del vigía, ese mismo día, escribe:
«Han amanecido varados en la costa del puerto los navíos españoles Neptuno y Asís, y también el Rayo, el cual, desarbolado de todos los palos excepto el de trinquete, se haya fondeado al NO a 6 leguas […]».
Por la mañana del 25 de octubre se encontró cercado por los navíos HMS Donnegal, bajo las órdenes del capitán Pulteney Malcolm y el HMS Leviathan comandado por Henry William Bayntun. Se rindió ante la imposibilidad artillera de oponer batalla (González-Aller, J.I. (2004): «La Campaña de Trafalgar (1804-1805), Corpus documental», t. II , pp. 1621 y 1660) . Fue marinado por el HMS Donnegal, naufragando el mismo día 25.
El oficio relata la siguiente descripción:
«[…] Desarbolado y apresado por los enemigos, lo abandonaron a causa de no poderlo llevar por el fuerte temporal. Varó en las inmediaciones de la Torre de Salavar (costa de Sanlúcar), y de él se salvaron cuatrocientos hombres de su dotación por las providencias del Comandante Militar de aquella provincia con arreglo a las que tenía anticipadas del General del Departamento, iguales a las de los demás Oficiales de Marina de una y otra costa. Los enemigos se llevaron prisioneros a los demás de su tripulación y solo se ahogaron unos pocos que se echaron al agua, y luego se avanzó el tiempo le pegaron fuego […]».
No se conserva el parte de campaña que envió el brigadier McDonnell al teniente general Gravina.
Concurren distintas versiones del lugar del naufragio: Para Lon Romeo fue en la costa de Rota (Lon Romeo, E. (2005): «Trafalgar. Papeles de la Campaña de 1805», p. 81). Aragón Fontenla lo sitúa en Arenas Gordas (Huelva) a la altura de Torre Carbonera, dos leguas al norte de Sanlúcar (Aragón Fontenla, M. (2005): La suerte de los vencidos, los diez días siguientes, p 397. y Fernández Duro, C. (1867): «Naufragios de la Armada Española», Establecimiento tipográfico de Estrada, Diaz y López: Madrid, p. 200).
Según el oficio de Pedro de Cabrera, se encontraba al través en los arrecifes de piedra al oeste del castillo de Santa Catalina y a longo de la costa, caído sobre babor. Según el oficio dirigido por el general Moreno al príncipe de la Paz, el navío varó en las inmediaciones de la Torre de Salabar o Zalabar (Más detalles sobre Salabar, véase Cruz Isidoro, F. (2004): Un mapa topográfico del coto de Doñana, de 1789, del arquitecto Francisco Díaz Pintado, Revista del Departamento de Historia de Arte de la Universidad de Sevilla, núm. 17, pp. 501-508) situada en la playa de Castilla en Almonte (Huelva).
Arenas Gordas, Doñana (Huelva), es el lugar identificado por los investigadores Gallardo Abárzuza y Márquez Carmona después del análisis de fuentes documentales consultadas.
