El retrato oculto de Luis Bárcenas: “Desobediente, opaco, perezoso, no se llevaba bien con nadie en Génova”. Así lo describen ahora quienes trabajaron con él en el PP

Luis Bárcenas llegó al PP avalado por Manuel Fraga y Ángel Sanchís. Aznar y Rajoy apostaron por él como muestra de confianza en el fundador del partido, pero entre los demás miembros de la dirección nacional nunca fue bien acogido. Carácter retraído y opaco, desobediente y hasta perezoso a la hora de trabajar, son rasgos de su personalidad que destacan ahora.

Dirigentes y miembros históricos del PP no desean hablar públicamente sobre cómo fue su relación con Luis Bárcenas cuando trabajaba en la calle Génova, pero, de forma reservada, han relatado a El Confidencial Digital cómo era en el día a día el ex tesorero, que tantos quebraderos de cabeza está dando hoy a la cúpula del partido, con Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal a la cabeza.

No transmitía confianza

Esos dirigentes del PP aseguran que Bárcenas tenía un carácter tal que “nunca transmitía confianza a sus superiores”.

En 1986, la dirección del partido –aún con la denominación de Alianza Popular- decidió prescindir de él, pero sólo aquella ejecutiva se atrevió a echarle.

Y, cuando Fraga le recuperó, tres años después, entonces se convirtió en intocable”.

Falta de trasparencia

Una de las características del ex tesorero que más destacan los dirigentes del PP que han trabajado con él es la falta de transparencia: “Era una persona muy opaca, nunca contaba detalles de sus gestiones, hasta que se le preguntaba por ello”.

Además, cuando sus superiores le llamaban al despacho para que informara sobre un asunto concreto por el que había sido requerido, sus respuestas, en la mayoría de los casos, estaban vacías de contenido. Lo describen así:

--“Abusaba de monosílabos”.

 

--“Usaba mucho la expresión ‘he hecho lo que me pidieron’”.

--“A veces contestaba como con gruñidos, para afirmar o negar algo. Era muy difícil comunicarse con él”.

“Perezoso y desobediente”

Bárcenas tampoco reaccionaba muy bien cuando sus superiores le ordenaban una gestión específica.

“En muchas ocasiones ponía mala cara cuando se le pedía algo. Y cuando se le preguntaba por esa actitud, él respondía: ‘No, si yo hago lo que ustedes quieran…’ Parecía que todo le daba pereza”.

Algunos de sus ex compañeros y antiguos jefes del ex tesorero del PP señalan además que “incumplía en ocasiones las órdenes de sus superiores, o no haciéndolas, o dejándolas pasar hasta que se lo volvieran a pedir”.

Dos casos

Para ilustrar esa “desobediencia”, las fuentes internas consultadas ponen dos ejemplos:

--“En una ocasión, se le encargó que estudiara los movimientos y elaborara un informe sobre un tesorero regional del partido, del que en Madrid se desconfiaba. Llegó a desplazarse a la ciudad donde trabajaba, a su despacho, pero después no informó sobre lo que allí vio. Al final, tuvieron que llamarle expresamente para que diera a conocer su opinión sobre esa persona”.

--“Otra vez, Bárcenas fue requerido para que realizara un pago a Nuevas Generaciones, en sus comienzos, con destino a la preparación de un gran acto de presentación de NNGG. No lo hizo y casi dio al traste con la organización”.

“No tenía amigos dentro del partido”

Desde su vuelta a Génova en 1989, las fuentes consultadas por ECD no recuerdan ninguna relación demasiado estrecha de Luis Bárcenas con ningún cargo directivo del Partido Popular. Y explican:

--“Sus únicos amigos eran Jorge Trías y Luis Fraga, sobrino de don Manuel”.

--“Intentó acercarse a los nuevos dirigentes del PP que se trajo Aznar de Castilla y León, pero sin demasiada fortuna”.

--“No se relacionaba con casi nadie y todo el mundo le veía como una persona con mal carácter”.

Así fue el cese

Estas últimas semanas, se está hablando mucho del finiquito que recibió Luis Bárcenas cuando salió del PP en 2010, una vez confirmada su vinculación en la trama ‘Gürtel’.

Un informe de la UDEF asegura que el ex tesorero siguió cobrando un sueldo hasta diciembre de 2012, pero la dirección del partido sostiene que se trata de la indemnización por despido prorrateada mes a mes. Se le pagó con mensualidades porque la cantidad resultaba muy elevada, consecuencia de su casi veinte años trabajando en el partido.

El primer cese de Bárcenas en el PP, en 1986, fue mucho más tranquilo: “Se le llamó para decirle que la dirección no estaba contenta con él, y él tampoco lo estaba con la cúpula del partido. Se pactó una indemnización con un intermediario ajeno al partido y el asunto quedó resuelto”.

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