Montilla reconoce que ha habido “momentos difíciles y complicados” en su relación con Zapatero y culpa al PP de la mala prensa que tiene Cataluña
Un José Montilla apagado y monótono en las formas pero con algunas cargas de profundidad en el fondo, compareció ayer en la tribuna madrileña del Fórum Europa. Se mostro muy quejoso por la mala imagen que de Cataluña tienen en el resto de España, y reconoció que con Zapatero ha tenido sus más y sus menos.
Al desayuno asistieron los miembros del Gobierno que estaban anunciados (los vicepresidentes Salgado y Chaves, los ministros Corbacho, Caamaño y Garmendia), con la excepción de la titular de Defensa (de viaje a Afganistán) y con la novedad de la de Cultura, González Sinde, que se apuntó porque no estaba prevista. Otros políticos presentes, José Antonio Alonso, Tomás Gómez y Joan Ridao.
Entre el público, el industrial hotelero Antonio Catalán, buen amigo de Zapatero como él mismo ha reconocido; David Vegara (el ex secretario de Estado de Economía mostraba un buen aspecto), Manuel Conthe (ex CNMV), Maite Costa (presidenta de la CNE), Javier Gómez Navarro (presidente del Consejo Superior de Cámaras) y Juan Ramón Quintás (el presidente de la CECA escuchó con especial atención las referencias a las cajas catalanas), etc.
Al hilo de una de las preguntas, José Montilla no negó que hayan existido tensiones con el presidente del Gobierno. “Ha habido momentos difíciles y complicados en nuestra relación”, reconoció. Y dijo que a veces él ha entrado en colisión con los planteamientos del partido socialista por defender los intereses de los catalanes.
El president se mostró repetidamente quejoso por la mala imagen de Cataluña en el resto de España (habló de “sospecha, desconfianza y recelo”, y del comentario de que “los catalanes quieren quedarse con todo”), pero echó la culpa directamente al Partido Popular, del que dijo que azuza estos sentimientos. “Cataluña es una excusa para atacar al Gobierno de España”.
Sostuvo que el primer partido de la oposición saca rentabilidad política a ese proceder, y añadió: “Eso no es querer a España, ni trabajar por la unidad de España”. Calificó de “lamentable” el hecho de que el único Estatuto que ha acabado ante el Tribunal Constitucional sea el de Cataluña, recurrido por el PP y por el Defensor del Pueblo (Enrique Múgica, que se encontraba presente, escuchó en persona ese reproche).
Sobre la financiación autonómica, lamentó que haya sido Cataluña quien ha abierto el proceso y buscado la solución, y luego otras autonomías, que incluso eran críticas, se han apuntado también. Calificó de “deslealtad institucional” la práctica de algunas de suprimir el impuesto de sociedades (no citó expresamente a la Comunidad de Madrid) y luego pedir más dinero al Estado para financiarse.
