Zapatero, criticado por el ‘núcleo duro’ del Gobierno por ‘esconderse’ tras las derrota del 7-J. Rubalcaba, Blanco y López Aguilar, los más enfadados
Existe un malestar profundo en cualificados miembros del Gobierno, y también entre dirigentes del PSOE, por la desaparición de Rodríguez Zapatero en la tarde-noche del domingo, tras la derrota sufrida en las elecciones europeas.
Fuentes cercanas al Ejecutivo, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, confirmaron ese malestar y cuentan que entre los más enfadados se encuentra, por ejemplo, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Otro de los descontentos, y muy significativo, es el ahora ministro de Fomento, José Blanco, también vicesecretario general del PSOE, que –cuentan- no se explica por qué el líder del partido no quiso salir a la palestra en esas horas difíciles para ellos.
Hay también enfado por la precipitación de Ferraz con la rueda de prensa de Fernández de la Vega. Y a la vicepresidenta le echan en cara que no supo reaccionar, y que dio el espectáculo durante la rueda de prensa, equivocándose una y otra vez.
Y eso con un Alfredo Pérez Rubalcaba a su lado, quieto y callado como un don Tancredo, al que se atribuye esta reflexión: “¿Para qué me ponen a mí aquí?”
Estaba previsto que, durante la rueda de prensa de Fernández de la Vega, hubiera pantallas de datos pero la realidad fue que no estaban preparadas. La imagen de la vicepresidenta salió malparada, como consecuencia de sus errores, dudas y balbuceos.
El malestar en el ‘núcleo duro’ del Gobierno se resume en comentarios como los siguientes: “¿El presidente sale a la palestra sólo cuando hay éxitos? ¿Él no comparte los fracasos? ¿Los fracasos son de los demás?”
Fuentes socialistas han contado a ECD que al propio cabeza de listas en las europeas, Juan Fernando López Aguilar, se le escuchó esa noche, en un bar comentar lo siguiente: “¿Zapatero está sólo para los triunfos?”
Lo cierto es que el canario tuvo que afrontar la rueda de prensa en Ferraz, mientras el presidente del Gobierno estaba en su despacho de la sede socialista, sin salir ni ver a nadie.
