Un millón de euros costará cada barco con agua para suministrar a Barcelona

Apenas hay buques de 100.000 toneladas, no están preparados para garantizar que el contenido sea potable… Tarragona tiene sus embalses al 80% pero se niega a trasvasar a la Ciudad Condal

Camiones cisterna junto al buque.
Camiones cisterna junto al buque.
  1. Un millón de euros cada barco
  2. Apenas hay buques de 100.000 toneladas
  3. Hay que sumar el coste de la tripulación
  4. Garantizar el agua potable
  5. No llegarían hasta el verano
  6. El agua del Ebro no se toca
  7. Tarragona se niega al trasvase
  8. Embalses al 80% de su capacidad
  9. Emergencia por sequía
El director de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), Samuel Reyes; el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera de Acción Climática, Agricultura y Alimentación de la Generalitat, Teresa Jordà, en la desalinizadora del Llobregat.
El director de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), Samuel Reyes; el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera de Acción Climática, Agricultura y Alimentación de la Generalitat, Teresa Jordà, en la desalinizadora del Llobregat.

El Gobierno y la Generalitat de Cataluña avanzan en la logística para el envío de agua a Barcelona desde la planta desaladora de Sagunto (Valencia) si la actual sequía persiste el próximo verano. Han acordado repartirse el coste del abastecimiento, después de que los contactos con navieras y empresas del sector hayan hecho saltar las alarmas.

El Ministerio de Transición Ecológica asumirá el coste de producir el agua en la desaladora de Sagunto, y el Departamento de Acción Climática catalán asumirá el gasto de fletar hasta dos barcos diarios con destino al Puerto de Barcelona.

En cuanto a la modalidad de los barcos, se emplearán buques cisterna, de tipo quimiquero, con los tanques lavados y previamente analizados para garantizar su idoneidad.

Un millón de euros cada barco

No se han facilitado por ahora cifras sobre cuál será el coste de la operación de suministro con barcos. Se lleva con la máxima discreción para evitar polémicas, después de que los contactos de las administraciones públicas con navieras y empresas del sector hayan hecho saltar las alarmas.

Según ha podido saber Confidencial Digital, por fuentes conocedoras de la logística, cada barco con agua para la Capital Condal tendrá un coste aproximado de un millón de euros.

La escasez de oferta de este tipo de embarcaciones, unido a la elevada demanda que se está registrando por los problemas de sequía, están disparando los precios, según varias navieras consultadas por ECD, que han sido contactadas también de urgencia en los últimos días por el departamento que dirige Teresa Ribera.

Apenas hay buques de 100.000 toneladas

Las navieras destacan que apenas hay en el mercado barcos de 100.000 toneladas disponibles y que estén preparados para transportar agua potable.

Esa respuesta ha llevado a las autoridades a tener que buscar a toda prisa buques de 40.000 metros cúbicos. De ahí que la vicepresidenta Ribera haya anunciado en las últimas horas el transporte de hasta 40.000 metros cúbicos de agua en dos barcos diarios desde Sagunto a Barcelona en junio “si la situación no mejora”.

El agua se almacena en depósitos de acero inoxidable, que cuentan además con elementos de higienización, con un sistema de bombeo propio, y una tubería de conexión por donde se mete a presión el agua en los tanques.

 

Solo para cargar uno de estos barcos se tarda hasta 12 horas, y unas 5 horas en la descarga. En el Puerto de Barcelona se han llevado a cabo ya las obras para adaptarlo a estos suministros.

Hay que sumar el coste de la tripulación

Por si fuera poco, las navieras han respondido al Gobierno y a la Generalitat que el alquiler del barco con la tripulación tiene un coste de unos 100.000 euros por día, según ha podido conocer ECD.

Matizan, además, que el precio depende de la oferta y de la demanda, de si hay barcos en el mercado o no, con lo que el coste aún puede ser mayor.

Calculan que el tiempo de la travesía desde Valencia a Barcelona será de unos dos días, más el necesario para la carga y descarga el combustible y los gastos de tasas portuarias. Por lo que, de entrada, estiman que, en vacío, el coste ascenderá a 400.000 euros por carga.

Garantizar el agua potable

Además, el tratamiento para que el agua sea potable, y se encuentre lista para el consumo humano, se dispara a un precio en origen de unos cuatro euros por metro cúbico (otros 160.000 euros). Por lo que, en el mejor escenario posible, cada barco que llegue a Barcelona tendrá un coste mínimo de casi 600.000 euros.

Advierten de que hay que sumar a todo ello la dificultad de que nunca antes se ha producido este tipo de operativa en Barcelona, y esa falta de experiencia también juega en contra de las autoridades.

No llegarían hasta el verano

La propuesta del Gobierno de transportar agua en barco desde la desaladora de Sagunto trascendió el pasado sábado, y la confirmó el propio presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón.

Con todo, los buques que deberían contribuir al abastecimiento del área metropolitana a través del Puerto de Barcelona no llegarían hasta el verano.

Todo ese volumen diario, además, supone en torno al 8% del agua que consume la capital catalana en un día. Por eso en la Generalitat asumen que los barcos no son “una solución para la sequía”, sino una ayuda “puntual” para equipamientos estratégicos.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente de Funseam y Enagás, Antonio Llardén.
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el presidente de Funseam y Enagás, Antonio Llardén.

El agua del Ebro no se toca

Según las fuentes consultadas, la primera alternativa que barajaba el Gobierno central fue levantar la suspensión del Real Decreto Ley 3/2008 para permitir llevar agua del Ebro a Barcelona.

Sin embargo, la Generalitat, en manos de ERC, se ha negado de plano para no soliviantar a los alcaldes de Tarragona y a las bases independentistas de Esquerra. Así que la solución de la desaladora de Sagunto se ha convertido en una vía, admiten en privado, y de facto en un rescate del Gobierno de Pedro Sánchez al Ejecutivo de Pere Aragonès para afrontar la crisis hídrica.

Hay que recordar que la desaladora valenciana está controlada por la empresa pública Acuamed, que actúa bajo la tutela del Ministerio de Transición Ecológica.

Tarragona se niega al trasvase

La Generalitat esquiva así el desgaste que le supondría conectar la cuenca del Ebro con el área de Barcelona, donde más de cinco millones de catalanes están sujetos a fuertes restricciones y la industria sufre recortes lineales del 25%.

El independentismo no quiere tocar el agua del Ebro, la opción más lógica según la mayoría de los expertos en grandes infraestructuras hidráulicas, porque los cuadros locales de ERC y Junts se oponen de manera frontal a dar agua a Barcelona. Ni siquiera se quiere llevar agua en barco desde allí, algo que ya se hizo en la crisis de 2008.

Embalses al 80% de su capacidad

No se pasa por alto que Tarragona y 51 poblaciones más están abastecidas por el embalse de Mequinenza (Zaragoza).

Esta infraestructura, en la cuenca hidrográfica del Ebro, se encuentra al 80% de su capacidad, lo que ha permitido a buena parte de Tarragona bajar un escalón del escenario del Plan Especial de Sequía, según la resolución publicada la semana pasada en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya.

El área de Tarragona no se nutre de las cuencas hidrográficas internas, como sí hace por ejemplo Barcelona, sino del tramo bajo del río Ebro, donde los episodios de lluvias de este otoño e invierno han normalizado su situación y han rellenado las reservas del embalse de Mequinenza, según datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Emergencia por sequía

En cambio, la mayor parte de la población catalana, más de seis millones de habitantes, se encuentra en emergencia por sequía desde el pasado viernes, cuando entraron en vigor las nuevas restricciones para reducir todavía más el consumo de agua.

El déficit de lluvias es histórico en Cataluña, de más de tres años, y ha obligado a la Generalitat a declarar la máxima alerta en 240 municipios, entre ellos la ciudad de Barcelona.

Con los embalses por debajo del 16% de su capacidad, el Govern ha ordenado a todos los municipios que reduzcan el consumo de los hogares por debajo de los 200 litros por habitante y día, un umbral que todavía incumplen el 40% de las localidades.

Entre otras restricciones, destacan la reducción del uso de agua del 80% para la agricultura, del 50% para la ganadería y del 25% para la industria.

Planta piloto de la desalinizadora del Llobregat.
Planta piloto de la desalinizadora del Llobregat.

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