Feijóo, al ataque desde el primer momento, presume de que tiene los votos para sacar adelante la investidura entre las carcajadas de Sánchez
Ha querido subrayar así que, si el PP hubiera aceptado una amnistía o un referéndum para Cataluña, se convertiría en presidente en la votación de mañana
- Al ataque desde el primer momento
- No ser presidente a cualquier precio
- Un delito de “deslealtad constitucional”
- Fachas con toga a los jueces
- Menos impuestos
- Enfado del PSOE con el salario mínimo
Alberto Núñez Feijóo, candidato popular a la investidura, ha asegurado que tiene los votos para sacar adelante la investidura. Ha dicho que Junts ha ofrecido lo mismo a PP y PSOE, pero que los populares no van a aceptar. Ha centrado su discurso en el rechazo a la amnistía y los posibles pactos de Pedro Sánchez con los partidos independentistas.
“Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno, pero no acepto pagar el precio que me piden para serlo”, ha asegurado Feijóo, afirmación que ha provocado una carcajada en la bancada socialista.
“Puigdemont quiere un presidente aliado en su empeño personal y partidista. Le da igual si es del PP o del PSOE. A los dos nos ha ofrecido exactamente lo mismo. La única diferencia, por tanto, solo puede radicar en la integridad de los dos candidatos posibles”, ha justificado Núñez Feijóo.
En la tribuna de invitados, y en primera fila, se ha visto a Eva Cárdenas, esposa del candidato del PP, sentada entre Alfonso Rueda y Juanma Moreno Bonilla.
Al ataque desde el primer momento
Feijóo ha comenzado su intervención en el debate de investidura, para la que no ha contado con límite de tiempo, y que se ha alargado durante una hora y 45 minutos: “Gracias a todos por su interés en un debate de investidura que es determinante para España”, arrancó su intervención, la primera en el Congreso de los Diputados, ya que en la anterior legislatura no fue diputado, sino senador por Galicia en la Cámara alta.
“La amnistía o cualquier fórmula equivalente o análoga es un instrumento adecuado para superar el conflicto catalán, igualmente ese conflicto no se resolverá de manera definitiva si no contemplamos el derecho a decidir del pueblo de un referéndum o cualquier fórmula equivalente o análoga. ¿Con eso bastaría, ¿no? No, no voy a defender eso porque tengo principios y palabra”, sigue Feijóo, que ha dedicado sus primeras palabras a rechazar una posible amnistía para los encausados en el ‘procès’ y los posibles pactos de Pedro Sánchez con los partidos independentistas.
No ser presidente a cualquier precio
“Ya les adelanto que en el proyecto que vengo a presentarles no figura la amnistía, no figura la autodeterminación ni fórmulas análogas o equivalentes”, ha añadido el candidato del PP.
“Para mí, ni jurídica ni éticamente es aceptable. Fuera de la Constitución no hay democracia”, ha solemnizado Feijóo.
“No paso por renunciar a la igualdad de los españoles ni a todo lo que compartimos para ser presidente del Gobierno”, ha insistido Feijóo. “No comparto que la Constitución pueda ser burlada mediante decisiones que eliminen de un plumazo la igualdad entre todos los españoles”, ha afirmado.
Un delito de “deslealtad constitucional”
Alberto Núñez Feijóo ha centrado su discurso en el rechazo a la amnistía y los posibles pactos del PSOE con los partidos independentistas.
“Otorgar a quienes pusieron en grave riesgo nuestra convivencia privilegios que se le negarían al resto de los españoles quiebra el principio de igualdad. Privar de todo efecto a las resoluciones judiciales que castigaron esas graves conductas rompe la separación de poderes. Desautorizar la defensa de la legalidad quebrantada que llevaron a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado las debilita. Reducir a meras soflamas posiciones firmes de estas Cortes, cuestiona también las Cortes. Quedaría también discutida la intervención del rey en 2017", ha ido argumentando.
También ha criticado que “todo ello se haría sin que haya detrás ninguna convicción profunda, tan solo el estado de necesidad parlamentaria de una sola persona. Y todo ello se haría sin una sola contrapartida para el conjunto de los españoles, se cedería a cambio de nada, no en pro de ninguna convivencia. Falso. Se cedería a pesar de que los partidos secesionistas proclaman que volverán a repetir su desafío. ¿Qué demócrata puede defender servírselo en bandeja? Desde luego, yo no”.
Feijóo ha propuesto la creación de un nuevo delito “de deslealtad constitucional” y agravar las penas de la malversación: “Debemos reforzar los instrumentos para proteger la dignidad del Estado, con dos decisiones que les anuncio. La primera, incorporando al Código Penal un delito de deslealtad constitucional, como ocurre en todos los países de nuestro entorno”.
El candidato del PP ha señalado que “todo esto parte de la gran falacia de que la investidura del próximo presidente del Gobierno de España tiene que pasar irremediablemente por aceptar todas las exigencias del independentismo, y no es cierto. Incluso debería ser al revés porque los españoles no votaron que fuesen decisivos al otorgarles solo el 5,5% de la totalidad de los votos. Para lo que demandan, no se pidió consentimiento a los españoles, y, en consecuencia, los españoles no lo concedieron”.
Y ha añadido Feijóo: “Por tanto, ni el independentismo puede pretender ni el PSOE permitir: que decida por todos los españoles Bildu, que hace menos de seis meses llevaba a más de 40 terroristas en sus listas. No se puede permitir que decida por todos los españoles Esquerra, que se jacta de obligar al socialismo de hacer lo contrario de lo que promete. Y que decida por todos los españoles Junts, menos aún después de escuchar todo lo que ha exigido”.
Fachas con toga a los jueces
El líder del PP también ha insistido en las críticas a la ley de Libertad Sexual, conocida como ley del ‘solo sí es sí'. “No comparto que se le llame fachas con toga a los jueces por aplicar una ley mal hecha. Menos aún que eso se haga desde el Gobierno de la Nación. No comparto señalamientos a magistrados. No entiendo que se impulsen leyes para anular por esa vía sentencias judiciales”, ha criticado.
Feijóo ha enumerado sus propuestas en materia judicial: “Aprobar la renovación del Consejo General del Poder Judicial a la vez que se registra en esta Cámara una ley de reforma del modelo de elección. Defiendo que en el nuevo Consejo no haya ningún político en la lista. Creo que no cabe negociar entre partidos la Presidencia del Supremo (le corresponde al CGPJ). Y deben cumplirse todas y cada una de las condiciones de elegibilidad que ya defendimos en la última negociación. En la nueva Ley, debemos asumir el cierre total de las puertas giratorias entre el Poder Ejecutivo y el Judicial. Y garantizar también la absoluta independencia de la Fiscalía General del Estado. Y ambas cosas (los nuevos vocales y la nueva ley) debieran votarse y aprobarse el mismo día”.
Menos impuestos
El candidato del PP también ha dedicado un apartado de su discurso de investidura a la situación económica del país, que ve en general llena de amenazas. Feijóo ha empezado por cuestionar las buenas perspectivas de la mayoría de los analistas económicos y organismos internacionales sobre la economía española, luego ha prometido mantener, retocar o incluso aumentar muchas medidas, ayudas y subvenciones actuales, especialmente a las familias que considera más vulnerables o las clases medias.
Y, finalmente, para llevar a cabo esos planes ha planteado bajar los impuestos en general, y en particular el IRPF, a las rentas inferiores a 40.000 euros, los autónomos o los emprendedores, pero también en otros aspectos, en línea a lo que han hecho algunos presidentes autonómicos de su partido en diversas comunidades.
Enfado del PSOE con el salario mínimo
El enfado y la indignación se ha extendido en las filas del PSOE con la propuesta de Alberto Núñez Feijóo de subir el salario mínimo, que en la pasada legislatura pasó de 750 euros a 1080 euros. “Cinismo”, “cero credibilidad”, “ahora dice que va a hacer todo a lo que se ha opuesto”, comentan en las filas socialistas.
Entre las iniciativas que Feijóo ha lanzado destaca un calendario de subidas del salario mínimo interprofesional hasta alcanzar el 60% del salario medio en España. Este objetivo está comprometido con la UE y es una de las banderas de la izquierda, en particular de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
