Por qué fracasaron las encuestas el 23-J: no detectaron la activación de la izquierda a última hora ni el freno del trasvase PSOE-PP

Las empresas demoscópicas asumen que no supieron medir la “intensidad” de la movilización progresista por el miedo a Vox y no esperaban el gran apoyo a los socialistas en País Vasco y Cataluña

El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, agradece a sus votantes los resultados obtenidos en la jornada electoral de los comicios generales en la sede de la calle Ferraz, este domingo.
El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, agradece a sus votantes los resultados obtenidos en la jornada electoral de los comicios generales en la sede de la calle Ferraz, este domingo.
  1. La izquierda se movilizó en la última semana
  2. Vox despertó el miedo
  3. El trasvase de votos que nunca se produjo
  4. El PSOE se salió del mapa en Cataluña y País Vasco
  5. Los populares esperaban más en Andalucía, Cataluña y Madrid
El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, celebrando la noche electoral.
El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, celebrando la noche electoral.

Los pronósticos fallaron. Es una de las principales conclusiones tras las elecciones generales de este domingo. Los sondeos publicados durante las últimas semanas —e incluso meses— apuntaban a que la suma del Partido Popular y Vox rozaría la mayoría absoluta si no la conseguían. El bloque de derechas se ha quedado a siete diputados de esa suma, muy por debajo de los 180 que llegaron a pronosticar los sondeos. La caída del partido Socialista, vaticinada también por los barómetros, no se produjo, y aumentó tanto en votos como en escaños.

Aunque son conscientes de que faltan muchos datos por analizar, las encuestadoras apuntan a dos errores principales: minusvaloraron la activación de la izquierda y sobredimensionaron el trasvase de votos del Partido Socialista al Partido Popular, según explican a Confidencial Digital.

La izquierda se movilizó en la última semana

"No supimos medir la intensidad de la activación de la izquierda", analizan en una de las principales empresas demoscópicas del país. Antes del inicio de la campaña electoral, descartaban que esos quince días de mítines, actos, proclamas y mensajes fuesen a poner en peligro la mayoría del bloque de la derecha. Ahí se produjo el primer fallo.

La campaña comenzó bien para los populares con su candidato, Alberto Núñez Feijóo, saliendo victorioso del debate con el presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez. En Génova celebraban que el plan diseñado desde semanas antes del cara a cara había funcionado. Los populares aspiraban a alcanzar los 160 escaños e incluso superarlos. La hoja de ruta diseñada por Génova a principios de este año pasaba por acercarse lo máximo posible a los 170, según confirmaron fuentes de la dirección del PP a ECD.

Pero la semana previa a los comicios no fue como la primera. Feijóo se enredó con afirmaciones sobre la subida de las pensiones que posteriormente tuvo que rectificar; entró al dardo lanzado por Yolanda Díaz, líder de Sumar, sobre sus fotos de hace 20 años con el narcotraficante marcial Dorado y terminó admitiendo que sabía que era contrabandista, cuando siempre ha asegurado que desconocía cualquier actividad delictiva de Dorado. "Antes no había internet ni Google", se justificaba el presidente de los populares.

La izquierda comenzaba a movilizarse y los trackings diarios lo detectaban: "Notamos mayor activación de la izquierda", pero no ponderaron correctamente hasta qué punto el electorado progresista estaba reactivándose, como no lo había hecho en los últimos meses. 

Sin embargo, hubo varios factores que influyeron en el desgaste del bloque PP-Vox. "Tenemos que analizar aún lo que ha salido", aseguran con cautela. Pero consideran clave la actitud agresiva de Vox durante la campaña.

Vox despertó el miedo

Una vez se ha confirmado la movilización de la izquierda, falta conocer por qué. Si el fuego ya había prendido, Vox fue la gasolina que lo avivó. Así lo consideran en las encuestadoras. Los mensajes y el perfil que marcó el partido dirigido por Santiago Abascal fueron especialmente duros. Afirmó que la situación sería "mucho peor" en Cataluña que en el 2017, en pleno procès y referéndum de independencia. Esta fue la frase que más preocupó en el equipo de Feijóo. La dirección del PP observó con preocupación la posibilidad de que ese tipo de sentencias pudiesen despertar a una izquierda que consideraban dormida y catapultar a los socialistas en Cataluña, como finalmente sucedió.

También sacó pecho por las cancelaciones de eventos culturales, como una obra de teatro basada en un libro de Virginia Wolf o la emisión de la última película de Pixar sobre Buzz Lightyear.

El secretario de organización, Ignacio Garriga, interrumpió un mitin golpeando los micrófonos para encararse con personas que portaban banderas LGTBI e independentistas catalanas. La seguridad privada del partido tuvo que intervenir para que no terminara en un altercado entre simpatizantes de Vox y Garriga, con quienes protestaban en frente del acto.

 

En el debate a tres el pasado miércoles, Abascal dejó clara su postura contraria a la ley trans, asegurando que "pervierte" a los niños y marcando distancia dialéctica con la posición del PP en dichas materias. El perfil de la campaña de Vox despertó miedo en parte del electorado que no comulga con sus postulados: "Seguramente ha sido un factor de activación de la izquierda", concluyen desde la consultora GAD3.

El trasvase de votos que nunca se produjo

El segundo de los factores principales fue sobreestimar la pérdida de votos socialistas en favor del PP. Los sondeos calculaban que alrededor de un 8% de quienes eligieron a Sánchez en 2019, ahora apoyarían a Feijóo. Una fuga que se daba por hecho en casi todas las encuestas, a excepción del CIS. Pero no se produjo.

El PSOE aguantó y se mantuvo en todos los territorios. Los populares ganaron en la mayoría de autonomías, pero no con la suficiente contundencia. "El trasvase de votos de PSOE a PP fue menor de lo previsto", admiten desde GAD3. Hubo sondeos que llegaron a vaticinar hasta un 10% de sufragios socialistas que se habían mudado al PP.

Aunque falta analizar detalladamente los números para deducir qué cifra alcanzó este trasvase de votos, en caso de que lo hubiera, las consultoras admiten que ha sido "mucho más bajo" de lo pronosticado.

El PSOE se salió del mapa en Cataluña y País Vasco

El factor más subestimado es claro: "El voto socialista". El impulso de las autonomías vasca y catalana ancló al PSOE y permitió que incluso aumentase tanto en número de votos como de escaños. Las encuestas pronosticaban una caída acentuada de los socialistas que tampoco se produjo, y fue gracias al voto en estos dos territorios. "La activación fue más de la prevista, principalmente en Navarra, Euskadi y Cataluña. Estas dos últimas han sido claves. Los 12 escaños que ha perdido el PSOE en toda España lo ha compensado en esos dos territorios", analizan desde las empresas demoscópicas.

En País Vasco aumentaron dos, pero les sirvió para ser la fuerza más votada en la región. En Cataluña, los socialistas sumaron siete escaños respecto a las elecciones de 2019, alcanzando los 19 parlamentarios.

El voto se ha concentrado en torno al PSOE. La marca socialista en Cataluña ha conseguido unos resultados que no se obtenían en el territorio catalán desde 2008. Mientras los partidos independentistas han caído. ERC ha protagonizado el batacazo más destacado, cayendo de trece parlamentarios a siete. Pero Junts también ha perdido un escaño.

En la otra cara de la moneda, las fuerzas progresistas a nivel nacional se han mantenido —en el caso de Sumar— o se han disparado, como ha sucedido con el PSOE, que ya ganó las elecciones autonómicas en 2021. El voto progresista, que antaño se dirigió a Gabriel Rufián, ha optado por Sánchez. Una movilización vinculada a los mensajes de Vox que desde las empresas demoscópicas consideran 

Los populares esperaban más en Andalucía, Cataluña y Madrid

En Génova decepcionaron tres territorios: Andalucía, Cataluña y Madrid. En la región catalana esperaban obtener algunos escaños más. “Uno más en Girona y otro en Lleida”, según aseguran fuentes de la dirección popular. Finalmente, se quedaron en seis, cuatro más que en los últimos comicios, pero por detrás de Esquerra Republicana, Junts per Cataluña y Sumar, que obtuvieron siete. También esperaban sacar más distancia a los socialistas en Madrid, a los que solo aventajaron en cuatro escaños —quince frente a once— a pesar de ser uno de los feudos principales del PP.

En Andalucía, la diferencia ha sido también de cuatro escaños. El PP se ha quedado en 25 frente a los 21 del PSOE. Las encuestas internas de Génova pronosticaban un resultado considerablemente mayor e incluso esperaban alcanzar los 30 diputados.

El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención tras conocer los resultados de las elecciones generales.
El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención tras conocer los resultados de las elecciones generales.

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