El PSOE asume que la nueva legislatura será de pocas leyes pero más ideológicas
Cuenta con que cualquier norma exigirá el consenso de, al menos, siete partidos. Apostará por centrarse en cuestiones más emblemáticas y mejor vendidas
El Partido Socialista ya empieza a mirar la próxima legislatura a falta de cerrar el acuerdo con Junts per Catalunya, la única fuerza que se suma al bloque "progresista" -denominado por el Gobierno- que fue clave en la pasada legislatura para la aprobación de todas las iniciativas del Ejecutivo. Ahora, cada nueva ley requerirá el consenso de, al menos, siete grupos parlamentarios distintos y los socialistas son conscientes de que las negociaciones será más complejas. Durante la pasada legislatura, el Congreso de los Diputados batió el récord de iniciativas aprobadas durante una legislatura y fuentes socialistas admiten a Confidencial Digital que el próximo Gobierno no podrá sacar adelante tantas normas y enfatizan en la importancia de 'venderlas' mejor.
Acuerdo para la investidura
El pacto de investidura supondrá la elaboración de una ley de amnistía para todos los encausados por el 1 de octubre. Una exigencia de los partidos independentistas catalanes que ha acarreado semanas de arduas negociaciones entre la formación socialista y el entorno del expresident catalán, Carles Puigdemont. Aunque las conversaciones llevan produciéndose desde después de las elecciones generales del pasado 23 de julio, no ha sido hasta este domingo cuando el presidente en funciones y secretario general de los socialistas ha proclamado su apoyo a la "amnistía". Una medida considerada "inconstitucional" por altos cargos del PSOE durante la pasada legislatura y que ahora justifican como una herramienta para poner fin al conflicto en Cataluña.
No se trata de la primera alianza entre ambas formaciones. El último acuerdo entre Junts y el PSOE se produjo en agosto, cuando los independentistas apoyaron a la candidata del PSOE y expresidenta Balear, Francina Armengol, en su candidatura a presidir el Congreso. Sin embargo, los partidos anunciaron el acuerdo tan solo una hora antes de la votación. El límite para nombrar un nuevo presidente de Gobierno termina el próximo 27 de noviembre. Menos de un mes para cerrar el acuerdo con Junts y con el resto de formaciones necesarias como el Partido Nacionalista Vasco. Sumar y EH Bildu ya han anunciado su apoyo a Sánchez.
Mejorar la comunicación
Cada ley requerirá el apoyo de siete partidos. Entre ellos, Junts, que no fueron necesarios la pasada legislatura para alcanzar los 178 escaños que suponen la mayoría absoluta. La formación separatista ha marcado una línea más dura con el Ejecutivo que el resto de partidos nacionalistas. No apoyó casi ninguna iniciativa del pasado Ejecutivo conformado por el PSOE y Unidas Podemos.
Las negociaciones serán arduas y en el grupo socialista son conscientes de ellos. Fuentes consultadas por ECD admiten que será "muy difícil" sacar adelante tantas leyes como las aprobadas en los últimos cinco años y se centrarán en mejorar la comunicación.
Una tarea que consideran “fundamental” en las filas socialistas y que fue el gran talón de Aquiles del pasado Gobierno. Un ejemplo que señalan desde el PSOE es la ley del ‘solo sí es sí’, que, a pesar del grave error jurídico que permitió la rebaja de penas a los agresores sexuales, “tenía muchos avances positivos para las mujeres” que no se explicaron y quedaron sepultados bajo las constantes rebajas y excarcelaciones que sentenciaron los jueces.
Perfiles más combativos
Como adelantó ECD, Pedro Sánchez planea un Ejecutivo con perfiles más combativos. Una estrategia que ya se vio en el debate de investidura del candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Sánchez delegó en Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, su réplica y el diputado socialista protagonizó un discurso contundente y directo. Un perfil que piden dentro del PSOE y que, desde la militancia hasta La Moncloa, quieren potenciar.
En el entorno del presidente de barajan distintos nombres. José Luis Ábalos, exministro de Fomento y Transportes; expresidentes autonómicos que perdieron los gobiernos regionales el 28-M, como Ximo Puig, o el propio Óscar Puente. Una figura en la que Sánchez ha pensado para su sucesión al frente del PSOE, como adelantó ECD.
Unas figuras que buscan recuperar “el colmillo” en el discurso y mejorar la labor comunicativa del Ejecutivo defendiendo las normas impulsadas en el consejo de ministros.
