Yolanda Díaz y Alberto Garzón se alían para ‘liquidar’ Podemos

Han superado sus viejas rencillas y se han enfrentado con Ione Belarra e Irene Montero argumentando que sus encuestas concluyen que la marca no aporta

Alberto Garzón e Irene Montero.

El Gobierno de coalición atraviesa su peor crisis en el último año y medio por las discrepancias sobre la reforma laboral, pero Unidas Podemos vive también su propio conflicto interno. Yolanda Díaz se ha aliado con Alberto Garzón para ‘enterrar’ la marca Podemos frente a la resistencia de Irene Montero e Ione Belarra.

La dura reacción de Unidas Podemos a la retirada del escaño a su ex diputado Alberto Rodríguez ha dejado a la vicepresidenta segunda en una incómoda posición, que ha evidenciado las grietas en la formación. 

Díaz no fue consultada sobre la presentación de la querella contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, impulsada por el secretario de Estado de Agenda 2030, Enrique Santiago, con autorización de la secretaria general del partido morado, Ione Belarra. 

La vicepresidenta, que se enteró una vez que se hizo público, no comparte la estrategia de abierto desafío al PSOE puesta en marcha por Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero. 

Tampoco la comparten el titular de Consumo, Alberto Garzón, que desligó a Unidas Podemos de esa querella aclarando que se presentaría “a título personal” por el diputado expulsado, ni la alcaldesa de Barcelona y líder de los comunes, Ada Colau.

Se han propuesto ‘liquidar’ Podemos

Fuentes de Unidas Podemos revelan a Confidencial Digital que, en el fondo de esa batalla interna, se encuentra la apuesta de Yolanda Díaz, que no milita en el partido morado, por encabezar una plataforma política que trascienda las siglas de Podemos y aglutine a todos los sectores a la izquierda del PSOE. 

Una apuesta en la que cuenta con el apoyo del ministro Garzón. Ambos defienden que varios estudios demoscópicos que manejan internamente concluyen que la marca Podemos ya no aporta.

Frente a esa estrategia del “frente amplio” Belarra, Montero y Santiago se resisten a que Podemos deje de ser la referencia de ese espacio y quede subsumido en una plataforma transversal cuando goza de un enorme poder institucional por su presencia en el Gobierno y en el Congreso de los Diputados.

Díaz y Garzón superan sus viejas rencillas

Este objetivo común ha reconciliado de paso a Yolanda Díaz y Alberto Garzón, que han superado sus viejas rencillas, según explican a ECD fuentes del círculo más cercano a ambos. Hasta el punto de que Díaz no le cesó en la última crisis de Gobierno acometida por Pedro Sánchez en la parte socialista el pasado mes de julio.

 

No se pasa por alto que el ascenso de la ministra de Trabajo a la vicepresidencia, tras la salida de Pablo Iglesias, reavivó un viejo conflicto con el ministro de Consumo, que llegó a provocar una “convivencia imposible” en la parte morada del Ejecutivo durante los primeros meses.

Hasta hace unas semanas, fuentes del Consejo de Ministros aseguraban que la relación entre ellos era más que tensa y que ya no se cortan un pelo en criticarse abiertamente. Incluso la vicepresidenta ha puntualizado en varias ocasiones algunas de las manifestaciones que ha realizado el ministro de Consumo en reuniones internas del gabinete, como por ejemplo en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos.

Conflicto que viene de la época de IU

Su conflicto personal que, al parecer procede de la etapa en Izquierda Unida, se intensificó desde que Yolanda Díaz tomó el pasado mes de mayo las riendas de Unidas Podemos en el Ejecutivo.

Aunque mantiene su carné del PCE, la ministra de Trabajo abandonó la militancia de Izquierda Unida en otoño del 2019 por discrepancias políticas con el propio Garzón, partidario de facilitar entonces la investidura de Pedro Sánchez en contra de la posición de Pablo Iglesias. Se impuso el criterio del líder de Unidas Podemos, lo que condujo a la repetición de las elecciones generales el 10 de noviembre de aquel año.

Desde entonces, las relaciones entre Garzón y Díaz son frías, como lo demuestra el hecho de que la ministra de Trabajo entró en el Gobierno de coalición con el PSOE por decisión de Iglesias, no a propuesta de Izquierda Unida. 

No es “cuota” de IU, suele recordar la propia Díaz en su entorno, que se considera mucho más cercana a Iglesias que a Garzón.

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