Se buscan más cartas bombas en cincuenta almacenes de Correos Express

Esos centros no disponen de escáner de rayos X y existe el riesgo de que la filial postal sea un ‘coladero’ de los envíos con material incendiario

Oficina de Correos.
Oficina de Correos.

Máxima alerta en Correos, ante el riesgo de que en sus instalaciones aparezcan más cartas bomba como las seis enviadas en los últimos días a Pedro Sánchez, Margarita Robles, a las embajadas de Ucrania y Estados Unidos en Madrid, a la empresa armamentística Instalaza en Zaragoza, y a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.

Fuentes internas de Correos, a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, confirman, en este sentido, que se buscan más envíos en sus almacenes que puedan contener “artefactos pirotécnicos”.

Un fallo de seguridad en el correo ordinario permitió que la primera carta bomba llegara a la Embajada de Ucrania el pasado jueves, y desde ese momento, se han interceptado hasta seis paquetes con material explosivo en diferentes puntos, principalmente en Madrid, aunque también fuera de la capital. 

El envío de cartas con amenazas de muerte y cartuchos de balas o navajas ensangrentadas ya sacudió la política española en abril de 2021, en medio de una tensa campaña electoral para las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid.

Entonces, y ahora, los paquetes se enviaron por correo postal, superaron los filtros de seguridad de Correos, y en algunos casos llegaron incluso a los despachos de los destinatarios.

Alerta en cincuenta almacenes de Correos Express

Los últimos incidentes han vuelto a poner en duda la efectividad de las medidas de seguridad que existen tanto en las oficinas de Correos como en los ministerios y edificios oficiales. 

Ha pasado más de un año desde los envíos de cartas con balas al ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, y al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. 

Sin embargo, fuentes sindicales de Correos denuncian a Confidencial Digital que Correos Express, filial de Correos, no posee actualmente ningún escáner de rayos X en sus más de cincuenta centros provinciales, distribuidos por España.

Un coladero

Fuentes de Comisiones Obreras y de UGT coinciden en que los centros de la empresa de paquetería no cuentan con ningún tipo de seguridad para escanear los envíos. Confirman que no hay ningún tipo de control de los bultos que llegan y salen de las dependencias.

 

Correos Express cuenta con un almacén en cada provincia, al que llegan y desde el que se distribuyen las cartas y paquetes.

“Es normal que no pasen por el escáner todas las cartas. Pero los paquetes grandes, más aún si vienen del extranjero, deben pasar por escáner. En algunos centros de tratamiento automatizado (más de 10 en España donde Correos trata la correspondencia) sí que cuentan con estos servicios. Pero en los de Correos Express no”, subrayan los sindicatos. Y son cincuenta instalaciones, alertan, donde ahora existe el riesgo de que la filial de Correos sea el coladero de los envíos con material incendiario

Medidas de seguridad insuficientes

Las mismas fuentes sindicales informan de que Correos se encuentra absorbiendo algunos centros provinciales de Correos Express hasta finales de este año. Por lo tanto, no contarán con las mismas medidas de seguridad que otros trabajadores que realicen sus labores en centros de Correos que originariamente han dispuesto de esta tecnología.

Desde Correos Express indican que no se acogen a la normativa vigente para los envíos postales de la empresa principal, y no entra el uso de escáner. “La operativa de Correos Express, y de todas las empresas de paquetería urgente, es distinta de la operativa postal, puesto que los clientes están plenamente identificados, por lo que no existe el anonimato. No es igual que dejar un envío en un buzón”. 

“Los clientes son plenamente responsables de la mercancía que envían”, añaden. “El riesgo en seguridad para los operarios del Grupo Correos no cambia por la nueva operativa”, zanjan. 

A raíz de la alerta por las cartas con balas o navajas enviadas a políticos en la primavera de 2021, Correos revisó el contrato con la empresa de seguridad que se encargaba de esa tarea en sus oficinas y centros de gestión de envíos. Solicitó que se expulsara al empleado que había dejado pasar los paquetes y abrió expediente a la empresa.

Peligro con los envíos grandes

Con el final del terrorismo de ETA, es comprensible que se bajasen las medidas de seguridad para agilizar el trabajo, pero es necesario que los envíos grandes y pesados pasen un escáner”, insisten representantes de los trabajadores de Correos Express.

Según consta en la página web de Correos Express, los envíos pueden ser de unos 40 kilogramos como máximo, mientras que en Correos el límite es de 30 kilos. Cabe apuntar que un rifle de asalto pesa en torno a cuatro o cinco kilogramos y mide 80-90 centímetros, mientras que un fardo de hachís pesa unos 30 kilos.

Fuentes de Correos aseguran que no se está actuando ante estas brechas de seguridad para “abaratar costes”. 

Pero los sindicatos señalan que los escáneres “son instrumentos bastante caros, y cuesta mantenerlos activos y en buen estado de funcionamiento, por lo que, si no los hay, se priva de la seguridad al trabajador que puede estar manipulando un paquete peligroso. Las nuevas instrucciones no hablan de la obligación de tener escáner en estos centros”, señalan los sindicatos.

No es la primera vez que los escáneres de Correos localizan paquetes sospechosos que finalmente contenían botellas con hachís, armas cortas e incluso explosivos.

ETA ya utilizó el correo postal

La banda terrorista ETA mandó por correo postal varios paquetes con explosivos para atentar de forma selectiva contra determinados objetivos. Un cartero resultó herido grave en 1995 con un paquete bomba dirigido al banquero Alfonso Escámez (presidente del Banco Central), y la Policía desactivó otro dirigido a Alfonso Cortina.

El periodista Gorka Landáburu quedó ciego de un ojo y perdió varios dedos de la mano por un paquete bomba. Carlos Herrera pudo avisar a la Policía antes de abrir una caja de puros con explosivos que le había mandado ETA y que no explotó por un fallo de conexiones.

Antes, en 1989, un cartero perdió la vida al ir a dejar una carta en el buzón de un militante de Herri Batasuna en Rentería (Guipúzcoa).

Anarquistas

Más recientemente, en 2017, sucursales de la compañía aseguradora Generali y de la Cámara de Comercio de Italia en Zaragoza recibieron paquetes con explosivos y metralla, que obligaron a avisar a los Tedax de la Policía Nacional. Se atribuyó el envío a grupos anarquistas.

También grupos anarquistas imitaron la campaña de ETA, y tanto en esos años como posteriormente enviaron paquetes, por ejemplo, al entonces secretario de Servicios Penitenciarios de la Generalitat de Cataluña, Albert Batlle, así como a otras personas vinculadas a la administración penitenciaria.

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