España trabaja para establecer precios más asequibles a las mascarillas

Una de las demandas que más impulso está tomando por la ciudadanía es la petición al Gobierno de la reducción en el precio de las mascarillas, en concreto lo referente al IVA. A principios de la primera oleada, el Gobierno fijó un precio máximo para las mascarillas de 0,96 euros la unidad, debido al encarecimiento que estaba sufriendo este producto, que se adentraba ya en mercados especuladores.

Esa noticia fue bienvenida por buena parte de la población, pero los meses han pasado y la obligatoriedad de usar mascarilla prácticamente en todo momento lleva a los españoles a preguntarse, ¿por qué si es un producto de salud básica y esencial, el IVA que soportan es del 21%? Y sobre todo, ¿por qué España es de los países con una imposición fiscal tan alta para las mascarillas en el ámbito europeo?

¿Cuál es el IVA de las mascarillas en Europa?

España fija para las mascarillas el IVA normal del 21%, de modo que no reduce nada este tipo como sí lo hacen otros países europeos. En Francia, por ejemplo, este tipo es del 5,5% desde mayo y el precio máximo de la mascarilla quirúrgica es de 95 céntimos.

Nuestro otro país vecino, Portugal, que tan bien sorteó la primera oleada de coronavirus, tiene fijado un IVA del 6%. En Italia, el primer país fuertemente golpeado por la pandemia a nivel europeo, el tipo de este impuesto es del 0%, aunque subirá al 5,5% en 2021.

En Alemania es del 5% y en Bélgica y Países Bajos, este tipo impositivo está exento durante la pandemia. El IVA en Europa es solo más alto en Eslovenia que en España, pues en el país balcánico, el tipo es del 22% frente al 21% en España.

¿Se puede bajar el IVA de las mascarillas en España?

El Impuesto sobre el Valor Añadido, el IVA, tiene tres tipos en España: 21% o general, para los bienes normales; 10% o reducido, para alimentos, productos de ocio y cultura y otros; y el 4% o superreducido, para productos de primera necesidad.

En junio, Ciudadanos presentó una Proposición no de Ley en el Congreso de los Diputados para reducir el impuesto del 21% al 4% para los productos sanitarios de protección frente al coronavirus. Entraban en esta propuesta los geles hidroalcohólicos o las mascarillas.

A nivel ciudadano también se han organizado medidas para solicitar cambios en la tributación, como por ejemplo peticiones en la plataforma Change.org. Todo este movimiento ha obligado a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a afirmar que España no puede reducir el IVA en las mascarillas, algo que en teoría es cierto.

La Directiva del IVA impide reducir el tipo de las mascarillas desde el año 2006 con motivo de la pandemia, pero la Comisión Europea comunicó el pasado mes de abril que los estados miembros pueden bajar el IVA sin ser sancionados, y es justo lo que han hecho varios estados.

Esta reducción del IVA afectaría a las mascarillas consideradas como productos sanitarios, como por ejemplo las quirúrgicas. En este sentido, es importante reseñar que dentro de este producto tienen la misma validez las tradicionales con filtro azul como las mascarillas rosas o con otros colores.

El uso de estas mascarillas es el más recomendado para evitar la transmisión del virus, de modo que si se hace uso de las higiénicas o las reutilizables, habrá que completarlas con filtros adaptados.

Hasta el momento, el Gobierno se remite al establecimiento del precio máximo fijado para las mascarillas como razón esgrimida para no reducir el IVA de este producto, aunque trabaja para reducir aún más este precio y ya estudia aprobar medidas similares a las de otros países de nuestro entorno.

Reducción de impuestos también a nivel europeo

La decisión de no sancionar a los países que opten por reducir el IVA de los productos sanitarios en Europa va en la línea de otra adoptada durante el pasado mes de abril en la Unión Europea.

Así, a inicios de abril la Comisión Europea decidió suspender el IVA sobre la importación de equipos médicos, lo que significa que los derechos de aduana y el propio IVA de productos sanitarios originarios de países no pertenecientes a la Unión Europea no se iban a cubrir.

El objetivo era, y sigue siendo, luchar contra el coronavirus, y de este modo se facilitaba la importación de productos sanitarios en un momento de escasez a nivel mundial marcada por problemas financieros para el acceso a este equipamiento.

La respuesta de la Unión Europea a la crisis sanitaria y económica producida por el coronavirus está teniendo como respuesta un estímulo expansivo del gasto que se traduce también en una reducción de los tipos impositivos. En España esta dinámica solo se está mostrando a través de la expansión del gasto, pero los impuestos más cercanos al ciudadano, como el IVA, siguen siendo excesivamente altos, según la percepción generalizada.