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Sesiones de meditación, nueva tendencia contra el estrés postvacacional

Psicólogos confirman el aumento de esta práctica que sirve para amortiguar el regreso al trabajo y a la rutina diaria

Mindfulness (meditación).
Mindfulness (meditación).

A tiro de una semana para dar comienzo al mes de septiembre, la rutina se encuentra a la vuelta de la esquina. Algunas personas no saben gestionar correctamente esta situación y sufren depresión postvacacional. La meditación se pone de moda para evitar esta patología. 


Psicólogas del centro ‘Ana María de Antona’ aseguran a El Confidencial Digital que el mindfulness, más conocido como meditación, se pone de moda para apaciguar este estrés postvacacional.

Se trata de una técnica que ha sido incorporada con posterioridad como método de tratamiento. Esto ha provocado una mayor acogida por parte de la sociedad que observa en estas sesiones una solución.

Esta depresión se trata de un síndrome postvacacional que ocurre cuando se pasa de la desconexión de las vacaciones, donde no se tienen apenas preocupaciones, a la misma rutina que se dejaba antes de marchar. El mismo trabajo, obligaciones, horario, personas… pueden enfocar una actitud negativa en los pensamientos de algunas personas.

Estas sesiones de meditación tienen como primer objetivo reducir los niveles de estrés y modificar las emociones de la persona, que son los principales síntomas de esta depresión. Para lograr esa meta, lo primero a tener en cuenta es la paciencia y la constancia.

Richard Davidson, profesor de psicología y psiquiatría en la Universidad de Wisconsin, afirmó que cuando se medita “se activa el área prefrontal izquierda del cerebro humano que es la base de las emociones positivas”.

Según ha podido saber ECD por expertos en psicología, la meditación implica un entrenamiento previo, para lograr un máximo rendimiento. De esta forma, consultar con especialistas es la mejor opción antes de comenzar la práctica.

¿Por qué se sufre depresión postvacacional?

Los factores personales son los principales responsables en el desarrollo de este síndrome. Las personas con una baja tolerancia a la frustración o con tendencia a fijar su atención en las dificultades o hechos negativos presentan más problemas para adaptarse a los cambios que supone la vuelta de vacaciones.

Otro factor importante es el trabajo que se realiza. Aquellas personas que no están satisfechas con su oficio o que sufren problemas dentro del mismo, se muestran más susceptibles a la aparición del estrés que desencadena en depresión postvacacional.

¿Qué hacer para evitar esta situación?

Las vacaciones son uno de los momentos más esperados por los trabajadores para poder descansar y desconectar de la rutina de todo el año. Pero muchas personas han modificado su disfrute.

 

Cada vez son más los que se distribuyen las vacaciones en varias semanas, para poder descansar en diferentes momentos del año. Esto supone vacaciones más cortas. No obstante una de las principales estrategias para evitar el estrés postvacacional es no volver el último día de vacaciones, con el objetivo de empezar antes a normalizar horarios y tareas.

La psicóloga Ana María de Antona Martín afirma que retomar el contacto con familiares y amigos que no se han visto durante las vacaciones, llevando a cabo tareas de ocio, se convierte en otra técnica para acoger la vuelta a la rutina de manera más positiva.

La vuelta a la rutina no siempre es un drama

Cualquier persona que disfruta de su periodo vacacional, independientemente de la duración, vive unos días de gran desconexión, sin horarios, rutinas, y las mismas tareas que se realizan durante todo el año.

Esto implica un proceso de adaptación a la vuelta, donde cuesta un poco más retomar el horario, estar totalmente concentrado, e incluso puede haber un pequeño grado de tristeza. “Esto es normal” aseguran expertos en psicología a ECD.

Existe una diferencia entre un síndrome postvacacional y una adaptación normal. La clave principal es la intensidad y duración de todos estos síntomas. En una adaptación normal, el malestar no tiene porque ser intenso y fácilmente se vuelve a adaptar a la rutina.

Cuando se habla de depresión, sin embargo, el malestar se oscila entre uno y quince días. Pudiendo incluso alargarse más su duración. En estos casos se plantean tratamientos, donde encontramos la meditación. 


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