Sesenta canales en Telegram con cientos de miles de seguidores difunden mensajes negacionistas sobre el coronavirus

Los antivacunas están organizando encuentros de besos y abrazos, y manifestaciones sin mascarilla. Su nuevo objetivo es evitar la vacunación infantil con el hashtag “Los niños no se tocan”

Un asistente lleva un cartel que dice 'Los niños no se tocan, por la libertad y la verdad', durante una manifestación contra la vacunación contra el COVID-19 en niños, a 14 de agosto de 2021, en Madrid (España).
Un asistente lleva un cartel que dice 'Los niños no se tocan, por la libertad y la verdad', durante una manifestación contra la vacunación contra el COVID-19 en niños, a 14 de agosto de 2021, en Madrid (España).

La actividad de los negacionistas se ha multiplicado en Internet. Actualmente hay activos más de 60 grupos en Telegram, algunos rondan los 20.000 seguidores y otros incluso superan los 130.000

Los activistas utilizan este canal para difundir mensajes negacionistas sobre el coronavirus, organizar encuentros de “besos y abrazos” y convocar manifestaciones de protesta sin mascarilla contra todo tipo de medidas restrictivas derivadas de la emergencia sanitaria. 

Telegram, frente a otras redes sociales, permite a cualquiera crear un grupo gratuito, sin filtros ni límites de miembros y, además, hacerlo de forma anónima. La red alcanzó en enero los 500 millones de usuarios

No obstante, los negacionistas también están presentes en Twitter, YouTube e incluso cuentan con sus propias páginas web desde donde promueven todo tipo de contenido negando la pandemia y promocionando el movimiento antivacuna

¿Quién está detrás?

Los responsables de la web ‘Salud sin bulos’, que se dedica a desmentir noticias falsas y luchar contra la desinformación, aseguran que entre las cabezas de los grupos negacionistas hay “periodistas autores de bestsellers, editores de revistas y biólogos, naturópatas y promotores de diversas terapias que aseguran que ‘pueden curar muchas enfermedades’ con métodos tradicionales”. 

Uno de los canales, por ejemplo, es el de un agricultor y ‘terapeuta’ catalán que organiza encuentros de besos y abrazos en su localidad de origen. Una médica negacionista inspiradora del movimiento “Médicos por la verdad” promueve otro. Y hay otra red impulsada por una escritora que generó el concepto de “plandemia”. 

Por otra parte, el experto en tecnología y desinformación, Marcelino Madrigal, ha detectado tres tipos de agentes que se dedican a la difusión de contenido negacionista: grupos de extrema derecha, el lobby de las terapias alternativas e iniciativas muy personalistas que difunden contenido en Internet. 

Los negacionistas ocupan las UCIS 

Como se contó en estas páginas, la vacuna contra el coronavirus no impide que te contagies. Las dosis otorgan más capacidad de lucha contra la patología. El objetivo de estas es evitar cuadros médicos graves.

De ahí que la actitud de los negacionistas esté teniendo su reflejo en los hospitales. Son quienes ocupan las camas en la mayor parte de ellos y son pacientes de distintas edades, aunque la mayoría tienen entre 40 y 60 años. Suelen presentar cuadros médicos complicados, al no estar inmunizados.

 

Las cifras no son pequeñas. Sólo en Andalucía, el 72% de las personas ingresadas en las Unidades de Cuidados Intensivos son personas que no se han querido poner la vacuna. 

Su nuevo objetivo: evitar la vacunación infantil contra el Covid

El nuevo objetivo que se han marcado los negacionistas es evitar ahora la vacunación infantil contra el Covid. 

Confidencial Digital ha podido saber que estos grupos cuentan con abogados que les asesoran, difunden consignas diseñadas por grupos internacionales y están llevando a cabo campañas de desinformación en redes con hashtags como “Los niños no se tocan”

De hecho, para conseguir este fin, los negacionistas ya han traspasado la pantalla y salido a las calles. 

Los días 14 y 15 de agosto organizaron manifestaciones en distintas capitales de provincia, convocadas por el colectivo ‘Padres por la Verdad España’. Cientos de personas recorrieron calles españolas sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad, al grito de “Los niños no se tocan” o “Basta ya de dictaduras”.

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