Apadrina un barón socialista
Las próximas elecciones generales serán dentro de año y pico. Después de la que acaba de organizar el presidente del Gobierno, con la propuesta de modificación de los delitos de sedición y malversación, y el pacto que se acaba de alcanzar sobre los Presupuestos, es absolutamente impensable esperar que se vaya a producir un adelanto electoral. La única duda que le salta ahora a cualquier espectador de la política nacional española es si cuando llegue 2024 nos acordaremos de lo que acaba de pasar.
Quienes lo tienen más complicado, y de ahí los nervios que se observan estos días en esos territorios, son los barones socialistas que dentro de muy pocos meses se van a ver obligados a acudir a las urnas. Toca comicios autonómicos y municipales en las principales plazas del país.
Si no hay adelantos electorales sorpresa –Ximo Puig lo está barajando seriamente en Valencia-, será el próximo mes de mayo cuando los españoles estarán llamados a tomar partido. Son sólo cinco meses de margen. A pesar de lo intensa que es la vida hoy en día, no parece tiempo suficiente como para que la gente vaya a olvidar estas cesiones en temas tan delicados. O sí, que diría don Mariano. Nunca se sabe.
Lo cierto es que Pedro Sánchez ha acelerado todo lo posible la tramitación de estas dos polémicas reformas porque confía, así lo repite en privado, en que si logra apaciguar el conflicto catalán con estas cesiones se verán los resultados más adelante. Los españoles, añade, entenderán que no se podía bajar el suflé en Cataluña sin darles algo de comer. Entonces, alejada la amenaza del independentismo, dice Pedro, se podrá vender que el país mejora económicamente y en derechos sociales.
El argumentario está listo para ser explicado y difundido a los cuatro vientos. Estos días estamos en medio de la deflagración y todo está distorsionado, aseguran desde La Moncloa. Los meses difuminarán los contornos… como nadie se acuerda ya de los indultos —ojo-, concedidos en 2021. Este es el plan.
El problema es que si el líder del PSOE no ha medido bien los tiempos serán los barones socialistas y las organizaciones territoriales las que primero acaben pagando el pato. Y ya se sabe que en la oposición hace mucho frío, hay menos dinero y hay que reajustar plantillas. De ahí los nervios. Dan ganas de apiadarse de ellos y hasta de apadrinar uno.
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