Ay, Marruecos y su espionaje
La Unión Europea está más preocupada por el espionaje que ha sufrido el gobierno español que la propia Moncloa. O algo nos esconden los que dirigen los destinos de este país. Ya me dirán ustedes. Es bastante sorprendente lo que nos está pasando. Un buen grupo de analistas llevan tiempo llamando la atención sobre la gravedad del caso Pegasus –móviles de nuestros gobernantes hackeados por un programa israelí- con la sombra de Marruecos al fondo del cuadro.
A nadie le pasó por alto que, meses después de conocerse el hackeo, el Ejecutivo español decidió, de forma insólita, cambiar su política sobre el Sahara. Los socialistas siempre alineados de forma unánime con la causa saharaui decidieron dinamitar su posicionamiento de años y pasarse al bando contrario. Sin consultar con la oposición, por cierto, pese a tratarse de un asunto de Estado.
Ahora, el Parlamento Europeo ha reclamado que España realice una investigación completa del caso. Según la Eurocámara hay “claros indicios” de que Marruecos está detrás del espionaje. Ahí es nada. Por eso, ha pedido una “investigación completa, justa y eficaz”, en la que se aclaren todos los detalles de esta intrusión, incluyendo –además- los 47 casos relativos a las posibles escuchas al independentismo catalán.
¿Qué se sustrajo del móvil de Pedro Sánchez y del terminal de Margarita Robles? ¿Quién lo hizo? ¿Con qué intención? ¿Marruecos ha obtenido algún rédito? ¿El cambio de política sobre el Sahara tiene algo que ver con el robo de información sensible? ¿Tiene Marruecos alguna información estratégica que ha extraído de esos terminales? ¿Está en peligro la seguridad nacional por la filtración de secretos inconfesables de nuestros dirigentes?
Queremos respuestas. Exigimos respuestas.
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