Ayuso se cabrea
Madrid no es el centro del mundo pero se le parece. Y aquí todavía nos estamos recuperando del puñetazo en la mesa de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso. ¿Que Ciudadanos presenta una moción de censura en Murcia en connivencia con el PSOE? Vale: convocatoria electoral en la capital al canto, sin anestesia. Pum.
Que el movimiento ha hecho daño a sus rivales lo demuestra esa reacción de presentar a toda prisa una moción de censura que, evidentemente, persigue frustrar la maniobra y sacar a la presidenta con un pacto entre partidos.
¿Pero no habíamos quedado en que lo mejor en democracia es que se pronuncien los votantes? Sí, salvo que eso me perjudique, parecen haberse dicho el PSOE, Ciudadanos y Más Madrid que están ahora fumando en pipa.
La maniobra les ha dejado absolutamente descolocados. El PSOE es que ni tiene candidato: Ángel Gabilondo es oficiosamente el nuevo Defensor del Pueblo, apalabrado para ese puesto hasta con el PP. Gabilondo no sirve, no funciona, no tiene tirón. Eso lo saben hasta en Ferraz, donde se habían dado los dos próximos años para encontrar un recambio.
Ahora tendrán que improvisar, a toda prisa, otro cabeza de cartel. Saben hacerlo: basta ver el acierto de mover a Salvador Illa a Cataluña, que terminó ganando las elecciones del 14-F cuando meses antes el PSC languidecía en las encuestas. En cualquier caso, Díaz Ayuso les ha pillado con el pie cambiado. Y los socialistas supuran por esa herida.
Ciudadanos va camino de recibir otro batacazo de aúpa en unos comicios autonómicos. Y eso es algo que probablemente Inés Arrimadas no se puede permitir sin abrir una crisis en el partido sobre su propio liderazgo. Pero parece que ella misma se lo ha buscado, por imprudente: no se puede negociar del modo que lo ha hecho una traición que sólo podía funcionar si se realizaba con nocturnidad y alevosía, sorprendiendo al rival. No ha sido así y la torpeza le va a costar muy cara.
Unidas Podemos también se teme lo peor. Pablo Iglesias sabe bien que su partido está dando claros síntomas de agotamiento y desgaste. Resistió en Cataluña, pero Madrid no es Cataluña. Es un territorio muy distinto y aquí presenta el mismo problema que el PSOE: no tiene cartel electoral con gancho. Manuela Carmena es agua pasada.
Vox se las promete muy felices porque ellos sí parecen no haber tocado techo. Pero enfrente van a tener el peor rival posible. Una Díaz Ayuso que comienza a recordar a aquella Esperanza Aguirre que también empezó tierna y balbuceante en el Ministerio de Educación y acabó como lideresa plenipotenciaria que encadenaba una mayoría absoluta tras otra.
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