Javier Fumero

¡Es posible pactar en España!

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el líder de UGT, Pepe Álvarez; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva; y el líder de CCOO, Unai Sordo, en una imagen de archivo
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el líder de UGT, Pepe Álvarez; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva; y el líder de CCOO, Unai Sordo, en una imagen de archivo

Es una buenísima noticia, que puede ayudar a reconciliarnos de algún modo con la política. Resulta que el Gobierno y los agentes sociales han logrado un principio de acuerdo para acometer una nueva reforma laboral en España. Si uno observa lo que sucede en el Congreso sospecha que los bandos, bien definidos, jamás lograrán coincidir en nada. Pues no.

Atrás queda un año de tensas negociaciones, acercamientos y choques, rupturas estruendosas, afirmaciones gruesas… Nada hacía pensar hace un mes que el pacto era posible. Todos parecían empeñados en no ceder ni un milímetro. Hasta la hábil y conciliadora Yolanda Díaz parecía perder pie.

Y en eso llegó la Unión Europea y dejó una cosa muy clara: la postergada reforma laboral era irrenunciable si España quería empezar a recibir las primeras partidas de dinero para el relanzamiento del país tras la pandemia. Irrenunciable. Si no había acuerdo antes del 31 de diciembre, Bruselas retrasaría el envío del primer paquete económico hasta que hubiera acuerdo, una partida de 12.000 millones de los fondos europeos.

Vale. PSOE y Podemos se han visto forzados a ceder porque no se podían permitir quedarse sin esos fondos y generar un agujero descomunal en nuestras finanzas. Pero se han sentado y han pactado. También UGT y CCOO han logrado acercar posturas con las CEOE, que a su vez ha tenido que hacer concesiones.

Al parecer, el nuevo texto de la reforma laboral permite que todos puedan sacar pecho. Las empresas podrán seguir actuando con cierta flexibilidad para ajustar las condiciones laborales de las plantillas en época de vacas flacas. Podrán seguir despidiendo, determinando cuestiones como la movilidad, el horario… Sin embargo, los sindicatos han recuperado la ultraactividad de los convenios y los acuerdos sectoriales primarán sobre los de cada empresa, como solicitaban los representantes de los trabajadores.

El objetivo: acabar con la tasa de desempleo del 26%, reducir la temporalidad y combatir la precariedad laboral de tantos empleados. Es una buena noticia.

Más en twitter: @javierfumero

 
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