Javier Fumero

Pedro Sánchez va a volver a girar a la izquierda

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Atentos, porque se viene otro giro a la izquierda por parte del PSOE. Pedro Sánchez ha interiorizado el dilema de esa manta corta que se encuentra sobre la cama para las noches de frío. Exige optar: cabeza caliente y pies fríos o lo contrario. Porque no se puede tener las dos cosas a la vez sin romper el paño.

El votante de centro, tan cortejado desde hace tiempo por los dos principales partidos políticos del país –ahí suele estar la mayoría absoluta, proclaman-, rechaza los extremos y huye de posiciones radicales. Pero los votantes de extrema izquierda y de extrema derecha concilian mal con lo que ellos llaman “tibieza”, con las medias tintas. Por eso no suelen ser seguidores muy compatibles. Hay que optar.

Escuchar al Gobierno socialista proclamar estos días que se siente muy cómodo poniéndole un impuesto “a los ricos” es un guiño electoral a la izquierda profunda. Hay mucho adinerado en el caladero del PSOE pero en Ferraz sólo entienden la lucha por el bienestar, la justicia y la igualdad en clave coercitiva. De ahí esta propuesta que pretende dar oxígeno al partido en las encuestas.

Eso explica también lo que sucedió el pasado mes de julio en el Congreso de los Diputados durante el Debate sobre el Estado de la Nación. El PSOE sorprendió incluso a sus socios parlamentarios con el anuncio de unas medidas anticrisis bastante radicales: impuestos excepcionales a la banca y a las empresas eléctricas.

Hace meses se repitió la misma historia con la llamada Ley de Memoria Democrática. La Comisión Constitucional del Congreso dio el visto bueno a esta norma que pretende hacer “justicia, reconocimiento y reparación” de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura y que permitirá, dicen los promotores, investigar las vulneraciones de derechos humanos cometidas hasta 1983.

El texto es tan extremista que, antes de verano, el Gobierno logró salvarlo en el Congreso sólo con el apoyo de Bildu, que lo celebró diciendo que se abría un camino “para poner en jaque el relato de la Transición”. Tan radical es el texto que la ley ha montado bronca, incluso dentro del PSOE.

Varios históricos dirigentes socialistas mostraron su desacuerdo públicamente apoyando un manifiesto contra este Proyecto de Ley de Memoria Histórica. Entre los firmantes había expresidentes del Senado como Javier Rojo, Juan José Laborda o el exministro Julián García Vargas. Ninguno de ellos acepta que se pueda considerar que hubo crímenes franquistas hasta 1983, cuando ya era presidente del Gobierno Felipe González, por ejemplo. Entienden que la ley “tergiversa” la historia, concretamente el pacto constitucional de 1978. Pero el texto ha seguido adelante por el empeño del amado líder.

Lo verán en los próximos meses. Giro brusco a la izquierda, sin intermitente ni nada. Está en juego La Moncloa.

Más en twitter: @javierfumero

 
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