Pues ya estaría: Tejero, Franco y toda la vasca
Vale, ya está. Franco ha salido del Valle de los Caídos. Paradojas de la vida –como apuntaba un periodista con colmillo este jueves- el dictador ha pasado de estar a 44 kilómetros de Madrid a sólo 11, con bus directo desde Moncloa y ubicado junto a su palacete. Pero es lo que tiene la memoria histórica.
¿Balance? A mi todo me ha parecido bastante triste. Algunos habrán descansado en paz y no tengo nada que decir: los sentimientos son muy personales y si a ellos les reconforta este movimiento, respeto.
Pero el modo en el que se ha llevado a cabo este proceso me ha parecido bochornoso, patético, indigno. Ha sido una retransmisión tipo Lotería Nacional: media España enchufada todo el día al televisor para ver cuándo sale el gordo. Hasta con el chino franquista montando el show del histriónico disfrazado de friki.
Todo a mayor gloria del Partido Socialista Obrero Español que, lejos de buscar la discreción y el perfil bajo, ha optado por colgarse la medalla ante el mundo mundial con un montaje audiovisual en ‘prime time’. Qué vergüenza eso de jugar con los muertos.
El culmen de la jornada fue ver aparecer por Mingorrubio al ex teniente coronel Antonio Tejero, el guardia civil que encabezó en 1981 un golpe de estado en este país. Lo que nos faltaba por ver.
La indignidad de este presidente que juega con el drama de miles de españoles, que no tiene reparo en hurgar en la herida de nuestros abuelos, llegó al punto de que hasta nos regaló una rueda de prensa de bombos mutuos.
Mientras tanto, la EPA nos dejaba la triste y cruda realidad. Un país anestesiado por el realtiy de Cuelgamuros mientras necesita emprender reformas de calado en ámbitos tan relevantes como el empleo, el sistema de pensiones, la sanidad, la educación, las infraestructuras…
Todo esto debe esperar: es la hora de Tejero. Pues vale.
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